Alovera, 3 de mayo, 2015. Discurso de Concha Díaz (Amical Mauthausen). Homenaje a Victoriano Sánchez, deportado.

OdM-27Amigas y amigos,

Nuestra solidaridad con este acto y agradecer a cuantas personas lo han hecho posible. Un acto de merecido y justo reconocimiento a las víctimas republicanas del nazismo. Alrededor de 10.000 mujeres y hombres fueron deportados a los campos de concentración nazis, entre ellas, se hallaba un ciudadano de Alovera: Victoriano Sánchez Moreno.

Hay que recordar la singularidad del colectivo republicano, de unas víctimas que sufrieron su atroz destino por la triple complicidad entre el régimen nacionalsocialista alemán, el Gobierno colaboracionista de Vichy y la dictadura de Franco; y que se suman a la interminable lista de víctimas del franquismo: en su condición de exiliados, abandonados a manos de la Gestapo por intervención directa del Gobierno español, de proscritos después de la liberación y de perseguidos en su regreso a España, cuando algunos de los supervivientes lo hicieron.

En otros escenarios, y especialmente en Alemania, en el contexto cultural y político de las décadas de los sesenta y setenta acaecieron cambios significativos que superaron el cultivo del olvido y la tentación del año cero que se produjo al finalizar la IIGM. Cambios que derivaron en esfuerzos por transmitir y reconocer su pasado nazi y que impulsaron iniciativas desde los ámbitos políticos, académicos, educativos o culturales.

En nuestro país, por las razones bien conocidas de las características de la Transición, quedaron no tan sólo descartados el conocimiento, el análisis y la crítica del pasado franquista, sino también cualquier rendición de cuentas. Pero el precio de aquellas carencias ahora se muestra con toda su crudeza, especialmente porque las servidumbres del régimen dictatorial no sólo tiñen y enturbian los debates, sino porque sigue pendiente la rendición de cuentas, sobre lo que se ocultó e incluso negó, entre muchas cosas y, en el caso de los deportados republicanos, hacer público:
el oscuro papel de algunas instituciones en su tragedia,
dar a conocer nombres y trayectorias de responsables de la misma y
explicar las políticas de protección a nazis huidos de la justicia que pudieron enriquecerse durante décadas en España a partir de entramados empresariales y ministeriales.
Las víctimas del nazismo y del franquismo son inherentes a nuestro bagaje cultural, en la medida que ningún ciudadano nace en el vacío, sino que se desarrolla y se socializa en un devenir histórico, en un pasado de larga duración.
Porque hay que repetirlo tantas veces como sea necesario: los republicanos deportados a los campos de concentración nazis lo fueron por su condición de luchadores antifascistas al oponerse al golpe de estado perpetrado contra el gobierno legítimo de la República española, lo cual les llevó a la derrota y al exilio. En el exilio, y porque sabían cual era el enemigo común se enfrentaron, sin dudarlo, al nazismo, de quien ya habían conocido el peligro que suponía para las libertades personales y colectivas. Su suerte, por tanto, no fue consecuencia de un conflicto ajeno al que se dirimió en territorio español durante la Guerra de España como pretenden, de forma interesada, las interpretaciones de amplios sectores de nuestra sociedad. En absoluto.

Recordarlos hoy, desde una perspectiva democrática, exige, por justicia, respeto y coherencia, condenar las circunstancias que les arrastraron a la deportación y, entre ellas, la condena clara y rotunda del franquismo.

El 25 agosto 2014, en el 70 aniversario de la liberación de París, el presidente Hollande dijo “para que todo cambie no hay que borrar nada”.
Estamos en 2015:
70 años de la liberación de los campos nazis y el final de la IIGM y por tanto la victoria contra el nazismo,
75 años de los primeros y masivos internamientos de los republicanos antifascistas en Mauthausen, a los que seguirían otros miles a lo largo de 1941 y, de forma escalonada hasta 1944,
40 años transcurridos desde la muerte del dictador.

El Estado español tiene la ocasión histórica de honrar la memoria de los luchadores por la libertad que parecen haber sido “borrados” de la historia de España. Seguimos exigiendo para el colectivo republicano deportado:

1.- que el Estado español pida perdón y asuma su responsabilidad, lo que han hecho otras democracias con pasados parecidos al nuestro.

2.- el reconocimiento jurídico como víctimas con las reparaciones morales, económicas, etc., según establece el derecho penal internacional porque sin el reconocimiento jurídico las víctimas no existen.

3.- incorporar en el contexto político, social, cultural, educativo de nuestra sociedad la lección de sufrimiento de la deportación republicana y la aportación de los republicanos españoles en la victoria contra el nazismo, para fortalecer nuestra democracia en igualdad de derechos, afrontar las violencias presentes y futuras que nos acechan y evitar lamentos inútiles por no haber aprendido la lección de quienes nos precedieron.
Por último, es bueno recuperar la actitud de rebeldía y de inconformismo de aquellas personas (jóvenes y no jóvenes) que no se amilanaron ante enemigos tan fuertes y poderosos que parecían invencibles. Su conciencia y beligerancia les reporto exilio, prisión, trabajo esclavo, tortura y, en muchas ocasiones, muerte, pero todos, hoy, somos deudores suyos.
Muchas gracias y un saludo fraternal de la Amical de Mauthausen.

Amical de Mauthausen y de otros campos y de todas las víctimas del nazismo de España. 3 Mayo 2015

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