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Memorial cementerio

Acto por la República en Guadalajara
14 de abril de 2014

Agrupación Republicana de Guadalajara, ARGU
Foro por la Memoria de Guadalajara
Izquierda Unida
PCE
CCOO


José Morales por el PCE e IU

Xulio García por el Foro por la Memoria

Miguel Ángel Fernández , de Agrupación Republicana de Guadalajara (ARGU)

Pedro A. Garcia Bilbao, ASR
Javier Morales, secretario de CCOO

Pancarta del PCE

Acto en Guadalajara por la III República

Durante décadas, las familias no tuvieron acceso al patio del cementerio civil, cuya puerta permanecía cerrada 364 dias al año. Foto: Nacho Izquierdo

Una ruta por la memoria en el cementerio

Henares al Día. Por Gloria Magro -31 octubre 202

Con motivo de la festividad de Todos los Santos, la visita nocturna de fantasmas y leyendas al cementerio de Guadalajara es una ruta que tiene una gran acogida. Fuera de estas fechas, el cementerio no suele formar parte de la oferta turística de la ciudad aunque su recorrido se puede solicitar a demanda a los guías locales. Sin embargo, y aunque no cuente entre los programas turísticos o históricos, los episodios de la Guerra Civil y la posguerra en Guadalajara se pueden conocer también a través de las lápidas, monumentos funerarios y fosas comunes.

La historia reciente de España está escrita entre los muros de cementerios como el de Guadalajara. Fechas, sucesos, episodios atroces, indiscutibles e incontestables están no solo en los libros y en los archivos sino también grabados en las lápidas, sepultados bajo tierra, muchas veces en un intento por ocultarlos y sustraerlos a la memoria.
A través de los ojos expertos del documentalista Xulio García Bilbao es posible atravesar la profusión de tumbas y pasillos que aparecen una vez traspasada la puerta principal del cementerio de Guadalajara y descubrir esos testigos mudos de nuestro pasado más inmediato.

Tras el primer patio, el más noble, García Bilbao dirige la atención el monumento de la Hermandad de los Caídos (por Dios y por España) erigido en 1941, nada más acabar la Guerra Civil, con la colaboración económica del Ayuntamiento y la Diputación de Guadalajara. García Bilbao, responsable del Foro por la Memoria de Guadalajara, explica que el amplio memoria en mármol contiene los cuerpos de fusilados por tribunales republicanos, soldados caídos en el frente y también de los 302 asesinados en la cárcel de Guadalajara tras el bombardeo de la ciudad por tropas franquistas el 6 de diciembre de 1936. Sus familias, indica éste experto, en muchos casos se beneficiaron posteriormente de las prebendas que el régimen repartía entre los herederos de sus adeptos fallecidos en la contienda.Fueron desenterrados a cargo del Estado en verano de 1940, trasladados a ese espacio y una parte de ellos identificados con los medios de la época y entregados a sus familiares. Varios reposan en la sepulturas que rodean al monumento, terminado en 1941.

Plano del cementerio de Guadalajara en 1943. Marcadas en rojo, las fosas comunes de la represión franquista. Archivo Mpal de Guadalajara

Los restos depositados bajo el mármol ocupan un lugar preferente en el camposanto de Guadalajara desde hace más de ochenta años, bien visibles y cerca de otros fallecidos ilustres, como los militares de la antigua Academia Militar, los recintos de las monjas de distintas órdenes religiosas y los panteones de familias de renombre que componen una ruta distinguida en el pasillo principal del cementerio, con el encanto decimonónico de las tumbas arañadas por el paso del tiempo. Sin embargo, hay una ruta alternativa que cuenta una historia distinta y menos visible; una historia de sufrimiento y represión que está ahí pero que resulta más difícil de visualizar.

A escasos metros del memorial de la Hermandad, en una sepultura de la época, señorial pero sin nombre, se encuentra Antonio Cañadas, fusilado en julio de 1939. Su delito, ser alcalde de Guadalajara democráticamente elegido, de Izquierda Republicana, y también gobernador civil de la provincia. Su historia es a día de hoy tan anónima como su tumba.

Tras su condena y fusilamiento, la familia de Antonio Cañadas fue multada y desposeída de sus pertenencias. Aun así, pudieron hacerse cargo del cuerpo y pagar una sepultura individual y digna de Categoría 1, algo fuera del alcance de las familias de otras víctimas en su misma situación. Su hija, Emilia Cañadas Dombriz (95 años) es aún hoy, en 2023, ante la ley la hija de un criminal pues la condena a muerte de quien fuera alcalde en dos ocasiones durante la Segunda República no ha sido revocada.

Avanzando por el cementerio de Guadalajara, el responsable del Foro señala donde hay más represaliados del régimen franquista en los primeros meses tras la Guerra Civil, cuyos cuerpos pudieron ser rescatados por sus familias previo pago para después ser modestamente enterrados. Esas tumbas, diseminada, son aún testigo de aquellos años de fusilamientos indiscriminados, aunque para la memoria colectiva estén perdidas pese a que en ningún caso sean enterramientos anónimos.

Los registros del cementerio, los extractos del Tribunal Especial de Ejecuciones, los libros municipales de la época, los de las instituciones que ejecutaron el expolio derivado de la Ley de Responsabilidades Políticas y los procesos de Incautación de Bienes dan nombres y apellidos bajo una única acusación: la adhesión o auxilio a la rebelión, o en otras palabras, la fidelidad al régimen legal imperante, la República española. En esas tumbas hay maestros, guardias civiles, militares, concejales, alcaldes de pueblo y sobre todo, campesinos caídos por la España salida de las urnas en marzo de 1936.

Siguiendo esta particular ruta histórica, los espacios cobran un significado distinto, siempre que se sepa dónde buscar. Hoy resulta difícil identificar la parte civil del cementerio de Guadalajara, apenas diferenciada del resto del recinto a un costado del Patio 4 aunque no siempre fuera así. Uno de los derechos que durante décadas les fue negado a muchas familias fue el de honrar a sus muertos. Bajo la dictadura este espacio permaneció oculto a la vista, cerrado a cal y canto tras un muro interior y al que solo se podía acceder un día al año: el primero de noviembre, Día de Todos los Santos. Era entonces cuando se abría la puerta y se permitía entrar a los familiares. Quienes acudían entonces se arriesgaban a ser vilipendiados, señalados con el dedo como familiares de republicanos represaliados, así que muchas familias optaban por tirar las flores a través de la tapia.

Hasta los años 1970 no se derribó ese muro interior, a instancias de Francisco Borobia, concejal del último ayuntamiento franquista, y los partidos y sindicatos de izquierda empezaron a reivindicar la visibilidad del recinto y de aquellos enterramientos. Un monumento recuerda desde 1979 a las víctimas que yacen en esas fosas comunes. A su alrededor, lápidas colocadas por las familias en estos últimos años y también recientes de quienes reivindican así su compromiso con ese espacio histórico.

El recinto civil cobró relevancia internacional en 2016, cuando los periódicos de todo el mundo se hicieron eco del caso de Ascensión Mendieta, la hija de Timoteo Medieta, un sindicalista represaliado en 1939 y que se vio obligada a recurrir al amparo de la justicia argentina para recuperar los restos de su padre, enterrado en una de las fosas. Las imágenes de aquella octogenaria imbuida de dignidad observando día tras día los trabajos de exhumación pasaron a formar parte del proceso de recuperación de la memoria colectiva que ha vivido España estos últimos años. Y también Guadalajara.

El entonces ayuntamiento popular de Guadalajara pidió a la familia Mendieta la tasa municipal de exhumación, dos mil euros, en un último intento por entorpecer su derecho a recuperar los restos.

En varias de las fosas del recinto civil la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica ha llevado a cabo en los últimos años trabajos de exhumación. Los últimos esta pasada primavera, cuando se localizaron los restos de Domingo Écija Buendía, un jornalero de Sacedón afiliado a UGT y fusilado hace 83 años tras el final de la guerra.

A pesar de la Ley de Memoria Democrática son entidades privadas las que sacan los restos, se hacen cargo de ellos y llevan a cabo las exhumaciones. Los que se han extraído hasta ahora han sido devueltos a los suyos una vez identificados, a excepción de 22 cuerpos cuyas familias no fueron localizadas o que directamente no quisieron hacerse cargo. Su sepultura, en octubre de 2021, corrió a cargo del Ayuntamiento de Guadalajara en una ceremonia solemne en presencia del entonces alcalde, el socialista Alberto Rojo.

Sus nombres se pueden leer desde entonces en un panteón ubicado en ese recinto.
Bastante más abajo, al final del Patio 4 y sobre la fosa común del cementerio, se erige desde 2021 un memorial en mármol con los nombres de las 977 personas cuyos restos ya no pueden ser recuperados. Tras años de desidia y olvido institucional consciente, la fosa se había convertido en un vertedero donde iban a parar los deshechos de las sepulturas pese a que se conocía la existencia de cientos de cuerpos bajo aquel espacio alargado que separa dos de los patios. El ayuntamiento del Partido Popular, en la alcaldía durante tres legislaturas seguidas, llegó a plantear la desaparición de la fosa y su saneamiento para acabar con aquel basurero, algo que no llegó a suceder.

Una vez la zona fue finalmente adecentada y ajardinada, las familias de los represaliados depositaban flores y placas, en muchos casos después de que las pesquisas de la asociación Foro por la Memoria les hubieran conducido hasta allí en la larga búsqueda de sus familiares desaparecidos.

Acabada esa etapa municipal, en noviembre de 2021, el nuevo ejecutivo del partido socialista levantó un memorial de más de cuarenta metros de largo en mármol con los nombres en relieve de los casi mil sepultados de cuyos nombres se tiene constancia, 822 de los cuales fueron asesinadas allí mismo, según Xulio García Bilbao.

Con este acto de reparación “saldamos una deuda histórica, y no lo hacemos desde el rencor, sino desde el respeto a quienes fueron asesinados durante la dictadura franquista”, decía entonces en palabras del entonces alcalde de Guadalajara, el socialista Alberto Rojo al inaugurar el memorial sobre la fosa común: “Hoy es un día para el recuerdo; un día para acabar con una deuda histórica con las víctimas de la dictadura franquista en nuestra ciudad, en el conjunto de la provincia, y como este gesto es universal, en el conjunto del país”.

Bajo ese mármol también hay cuerpos irrecuperables procedentes del Hospital Militar, como en el de Emeterio Sanzo Urbón. Este soldado guipuzcoano hizo el número 977 de los localizados, el último en ser incluido en el listado. La suya es una historia que se repite por toda España, la de una familia que después de más de ochenta años pudo por fin cerrar un capítulo que permanecía inconcluso desde la Guerra Civil.

La memoria de la guerra en mi familia, es una historia que se cuenta en silencio, el silencio de no poder hablar, el silencio guardado debido al miedo y la represión impuesta y padecida”, explica Gotzon Sanzo, su sobrino. Tres de los hermanos de su padre se alistaron en distintos batallones y sindicatos vascos al inicio de la contienda, pero sólo uno volvió después de la guerra, muy enfermo tras caer prisionero y ser obligado a realizar trabajos forzados. De los otros dos se perdió el rastro en la guerra. Tras la muerte del padre y el descubrimiento de sus memorias, donde expresaba el pesar familiar por la ausencia de sus hermanos y el desconocimiento de su paradero, la familia comenzó la búsqueda. Con ayuda de Xulio y Pedro García Bilbao, Sanzo consiguió localizar a su tío Emeterio en la fosa común de Guadalajara.

La causa de la muerte escrita por sus captores fue “endocarditis y [h]emiplejía” (sic), uno de tantos eufemismos usados por los franquistas para camuflar las terribles condiciones a que eran sometidos estos presos, llevados hasta el agotamiento. Emeterio tenía 26 años”, se puede leer en la web del Foro por la Memoria. La suya no fue una muerte anónima, estaba perfectamente registrada y sin embargo, nadie se ocupó de hacerlo llegar formalmente a la familia.

El régimen franquista condenaba así doblemente a sus opositores: primero con la muerte y después con la desazón del desconocimiento. Mientras en la posguerra se abrieron las fosas y cunetas en busca de los caídos de un bando, al resto se le condenó al olvido. Cementerios como el de Guadalajara son testigos fidedignos de aquello.

En mayo de 2021 y en presencia de su sobrino y de un txistulari, a Emeterio Sanzo Urbón se le hizo un homenaje póstumo a pie de fosa “por su entrega y su lucha por la libertad y la democracia”. La familia colocó entonces una placa individual y tiempo después, una vez erigido el memorial, solicitaron al ayuntamiento de Guadalajara su inscripción en el monumento. Los Sanzo siguen buscando a su hermano, aún desparecido.

Como cada primero de noviembre, muchas familias se acercarán al cementerio a honrar a los suyos y en el recinto del cementerio civil y ante el memorial sobre la fosa común los partidos y sindicatos de izquierdas organizarán el tradicional homenaje a los caídos por la República y en la represión tras la Guerra Civil.

El acto debería de ser institucional, al igual que lo es en el resto de Europa donde todos los gobiernos sin importar su signo político conmemoran cada año la victoria contra el fascismo. En España, sin embargo, parece que ese homenaje solo cae de una parte de la historia. No obstante, la verdad y la memoria permanecen vivas en el cementerio de Guadalajara, solo hay que saber leerlas.

Fuente: https://henaresaldia.com/una-ruta-por-la-memoria-en-el-cementerio/


Una historia del cementerio. La memoria silenciada de los hermanos Sanzo Urbón

El Decano. por Gloria Magro.- 01/11/2023.- Como cada primero de noviembre, Día de Todos los Santos, los familiares de los represaliados republicanos tras la Guerra Civil y prisioneros fallecidos en el Hospital Militar de Guadalajara, junto con partidos políticos de izquierda y sindicatos, acudirán a homenajear a los caídos en defensa de la República española, la legalidad vigente en España hasta 1939.

Al final del patio 4 del cementerio de Guadalajara, sobre la fosa común, se erige desde 2021 un memorial en mármol con los nombres de los 977 maestros, concejales, campesinos y militares cuyos restos ya no pueden ser recuperados pero que los registros oficiales sitúan allí. 

En un principio, eran 976 los cuerpos que la documentación aportada por el Foro por la Memoria de Guadalajara ubicaba allí. Un soldado guipuzcoano fallecido en el Hospital Militar de Guadalajara en 1940 y añadido con posterioridad a petición de la familia haría el número 977. Su nombre, Emeterio Sanzo Urbón, y su lugar de origen, Basain, está escrito en el mármol desde entonces.

“Quiero narrar parte de la historia de mi familia, narrar las vicisitudes de una familia obrera en el periodo de la Guerra Civil y la represión franquista; el sufrimiento de personas sencillas, de ausencias y de palabras sin cerrar. La búsqueda de mis tíos desaparecidos durante la Guerra Civil, porque el olvido es precisamente eso, ausencia de todo”, explica Gotzon Sanzo, sobrino de aquel soldado cuyos pasos se perdieron en la Guerra Civil y que ha puesto por escrito la historia familiar. Su objetivo, “dar voz a los que ya no la tienen. Homenaje, paz y reposo para buscadores y buscados. Pese a las dificultades para llevar a cabo la búsqueda de los restos de mis tíos fallecidos, recuperar la memoria de la familia, de un dolor instalado”.

Jesús, Manuel y Mariano Sanzo Urbón eran los hijos de un ferroviario que al principio de la guerra se alistaron voluntarios en batallones republicanos combatiendo por todo el frente norte, como se puede leer en la web del Foro por la Memoria de Guadalajara. Su periplo como soldados fue en un principio conocido por la familia hasta que dos de ellos desaparecieron sin dejar rastro.

El tercero de los hermanos, Manuel, combatiente con la UGT, fue detenido en Santander y obligado a unirse a un Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores, donde trabajó como forzado en carreteras y fortificaciones en el Pirineo. “Regresó a casa al cabo de los años gravemente enfermo por las condiciones de esclavitud que tuvo que soportar. Como consecuencia, padeció continuos problemas de salud hasta su fallecimiento en 1965”, explica su sobrino. De los otros dos hermanos nada más se supo.

Tras la muerte del padre en 2018, la familia encontró sus escritos, donde se reflejaba el trauma familiar por la ausencia de los dos hermanos desaparecidos. “En dichas memorias relata las penurias que tuvieron que pasar tras la guerra. Ahí supimos que tres de sus hermanos fueron a la guerra y solo uno regresó al cabo de muchos años. Los otros dos desaparecieron, sin que se supiera cuándo y dónde.  Mi padre, consciente de que no le quedaba mucho tiempo de vida, reflejó su pena por morir sin saber dónde estarían sus hermanos Manuel y Emeterio”, cuenta Gotzón Sanzo.

Comienza la búsqueda

Los Sanzo empezaron entonces una búsqueda que concluyó parcialmente tres años después, en 2021, de la mano del Foro por la Memoria de Guadalajara y a cientos de kilómetros del lugar de origen de la localidad guipuzcoana de donde partieron los hermanos: en la fosa del cementerio de Guadalajara, un espacio entonces recientemente ajardinado. El Ayuntamiento del Partido Popular había renunciado a su plan inicial de hacerlo desaparecer bajo el pretexto de sanear lo que consideraban era poco más que una escombrera pese a saberse que se asentaba sobre cientos de cuerpos entonces sin identificar. De haber conseguido su objetivo, el rastro de esas vidas y de ese lugar se hubiera perdido para siempre, pese a que los nombres de quienes allí yacen siempre estuvieron escritos en los registros del cementerio.

Allí encontraron a Emeterio, Xulio y Pedro García Bilbao, investigadores y responsables del Foro por la Memoria de Guadalajara. “La causa de la muerte escrita por sus captores fue endocarditis y [h]emiplejía (sic), uno de tantos eufemismos usados por los franquistas para camuflar las terribles condiciones a que eran sometidos estos presos, llevados hasta el agotamiento. Emeterio tenía 26 años”, explicaban en su día.

El 23 de mayo de 2021 sus sobrinos, Gotzón y Juanma Gotzón  Ollakarizketa, se desplazaron desde Guipuzcoa para asistir a pie de fosa al homenaje que se realizó en memoria de los hermanos Sanzo Urbón. Con la asistencia del presidente de la Asociación por la Memoria de Madrid, que consideró que “debía estar presente ya que era el primer homenaje a un vasco enterrado en fosa común”, y de un  txistulari, se interpretaron himnos vascos y se descubrió una placa. En el acto se usaron los símbolos que representaban tanto los batallones a los que pertenecían los hermanos -en cumplimiento de la resolución de la ONU que así lo establece- como la legalidad republicana vigente en el momento de su desaparición. El Foro por la Memoria hizo entrega a los familiares del diploma honorífico en el que simbólicamente en nombre de la República española se reconocía la lealtad de los combatientes.

A la fosa común cubierta de hierbín verde se le ha bautizado como el ‘Jardín de la Memoria’, es donde se permite colocar las placas. En ese acto, en medio de la emoción, Gotzon Sanzo manifestó que “recuperar un familiar es volver a tener una dignidad, es una conquista a un poder que se estableció por la fuerza, es darle una sepultura digna para que su nombre no se pierda en el anonimato”. El acto les reconfortó, “la pena que nuestro aita falleció sin saber nada de ellos”, recogía en aquellas fechas El Diario Vasco. La noticia apareció también en varios medios de comunicación nacionales.

“Tras cuatro años de investigación por archivos particulares, militares, históricos y asociaciones memoristas, hoy conocemos parte de la historia silenciada de nuestra familia, a falta de saber dónde se encuentra enterrado uno de sus hermanos, Manuel”, afirma Gotzon Sanzo.

Las familias de las víctimas republicanas de la Guerra Civil  y de la represión posterior fueron doblemente castigadas. Primero, con el oprobio público por su filiación política y, después, con el silencio y la desaparición de los suyos pese a que en muchos casos su muerte había quedado registrada en las actas de los tribunales militares, en los libros de los cementerios o en los registros civiles de los ayuntamientos.

En noviembre de 2021, varios meses después del homenaje a los hermanos Sanzo Urbón, el ayuntamiento socialista de Guadalajara, en cumplimiento de uno de sus compromisos electorales, levantó sobre la fosa común del cementerio un memorial en mármol con los nombres de los 977 cuerpos que se hayan en la fosa. En ese espacio ocupa su lugar el último enterrado allí en ser identificado, Emeterio Sanzo Urbón.

A varios cientos de kilómetros de Guadalajara, los suyos cerraron así un capítulo inconcluso durante décadas de su historia familiar, aunque no pierden la esperanza de encontrar al hermano que les falta, más de ochenta años después. “Sigo investigando y buscando pese a los problemas y trabas que ponen las instituciones y gobiernos. Ya no son unos desaparecidos. Aunque no sabemos dónde fue enterrado Manuel, no perdemos la esperanza de encontrar su cuerpo y reponer su memoria y su dignidad”, explica Gotzón Sanzo, que sabe que por toda España hay muchas familias que, como la suya, siguen a día de hoy buscando a sus familiares desaparecidos. Muertos que nunca fueron anónimos pero cuyas huellas se intentó ocultar y hacer desaparecer.

Por Gloria Magro
https://eldecanodeguadalajara.com/index.php/news/4564/una-historia-del-cementerio-la-memoria-silenciada-de-los-hermanos-sanzo-urb%C3%B3n/

Vladimiro Relaño en 2019 en Guadalajara. Foto: FMGU


FMGU- 29 abril de 2023.- El pasado miércoles 26 de abril ha fallecido a los 85 años en Barcelona nuestro camarada Vladimiro Relaño, hijo del secretario y fundador del PCE de Guadalajara, Vicente Relaño, torturado y asesinado por los esbirros de la dictadura en 1943.

Vladimiro es hijo tambien de Isabel Sacristán, otra gran luchadora que sufrió a su vez una persecución política con una condena de 12 años y un día:

Vladi nos visitó en Guadalajara dos veces, la primera en 2012, con motivo de la publicación de nuestro libro “La represión franquista en Guadalajara”, en compañía de nuestra socia y prima suya Isabel Hernando, Fue además un feliz reencuentro con su viejo amigo Fausto Canales,
https://memoriaguadalajara.es/2012/02/05/150/

La segunda y última vez que nos visitó fue en 2019, para honrar a su padre asesinado Vicente Relaño, Y con motivo de esa visita recorrimos con él y su hermana Isabel los lugares de memoria de Guadalajara, especialmente el cementerio, donde le dimos un merecido diploma con la propuesta de “La medalla de la Libertad”, al pie de la fosa de su padre. En 2014 él mismo entregó un diploma en Barcelona a otro veterano, Francisco Mayoral, que había sido secretario de organización de la JSU de Guadalajara.

Honraremos la memoria de tu padre y la tuya propia, pues fuiste un ejemplo siempre de amor filial, fraternidad y solidaridad.

Que la tierra te sea leve querido Vladi,
foroporlamemoriaguadalajara@gmail.com



Ver también:

Visita y homenaje a Vladimiro Relaño en 2019
https://memoriaguadalajara.es/2019/10/11/visita-a-guadalajara-de-vladimiro-hijo-de-vicente-relano-asesinado-en-1943-por-el-franquismo/

Visita de Vladi en 2012
https://memoriaguadalajara.es/2012/02/05/150/

Homenaje a Francisco Mayoral en 2017
https://memoriaguadalajara.es/2017/03/30/en-recuerdo-de-francisco-mayoral-ex-militante-de-jsu-de-guadalajara-1920-2017/

Colocación de placa de homenaje a Vicente Relaño
https://memoriaguadalajara.es/2020/06/25/en-recuerdo-de-vicente-relano-secretario-gral-pce-de-guadajara-1907-1943-colocada-lapida-en-su-enterramiento-junio-de-2020/

RESTAURADO EL MEMORIAL DE GUADALAJARA.
Recolocadas las placas individuales de homenaje a las victimas del franquismo.
 
 


Guadalajara, 09/10/2022.- El monumento memorial dedicado a las víctimas de la dictadura franquista que fue inaugurado hace un año en el Cementerio Municipal de Guadalajara, ha sido restaurado, tras los desperfectos accidentales que había sufrido en meses pasados.

El monumento, que contiene los nombres de 977 víctimas mortales de la dictadura franquista inhumadas en diversos espacios del cementerio, sufría algunos daños desde el pasado mes de abril, por causas ajenas al ayuntamiento, y estaba en proceso de restauración.

El pasado 1 de noviembre, fecha en que tiene lugar un importante homenaje a las víctimas, pudo ser visitado por centenares de personas.

Miembros del Foro por la Memoria de Guadalajara hemos recolocado además, algunas placas de homenaje individual que familiares habían solicitado para ese espacio en los últimos años y que habían sido retiradas momentáneamente para no ser dañadas durante las obras. Placas individuales dedicadas a víctimas del franquismo han sido colocadas por familiares en varias zonas del cementerio desde la recuperación de la democracia en 1977. Las placas recolocadas por el Foro lo han sido a petición de sus familiares en el lugar donde fueron asesinados y enterrados sus seres queridos, tal y como está registrado en el libro de enterramientos municipal y tal y como les había sido autorizado. Tal es el caso de la placa dedicada al maestro de Illana Cesareo Valdés, fusilado el 13 de mayo de 1940, y que había sido colocada por su nieto, también maestro, y residente en Estados Unidos, acompañado de miembros del Foro y de su sindicato, UGT.
Han ayudado en la recolocación, José Morales, concejal de Unidas Podemos, Alfredo Vicente Ruano, portavoz de Podemos en Guadalajara (ambos socios del Foro por la Memoria) y Daniel Touset, Coordinador provincial de Izquierda Unida.

Fotos. Xulio García/Foro por la Memoria

Foto: Foro por la Memoria

8-6-2022.- El memorial dedicado en Guadalajara dedicado a las víctimas de la represión franquista de Guadalajara, sufre graves desperfectos desde el pasado mes de abril. El Foro por la Memoria de Guadalajara, una de las entidades que promovió y colaboró en su construcción, ha expresado su protesta en numerosas ocasiones desde que fue descubierta la caía accidental de la primera loseta, el 26 de abril pasado. A estas denuncias se ha unido el Partido Comunista y Unión General de Trabajadores.

Dicho monumento, ubicado en el corazón del cementerio municipal de la ciudad, tiene tan solo siete meses de antigüedad (fue inaugurado el 5 de noviembre de 2021) y presenta numerosos daños y desperfectos debido a una ineficiente construcción: losetas caídas y hechas añicos, pintadas, vandalismo, estado de fragilidad, degradación general…

Las víctimas se encuentran repartidas por todo el cementerio: en fosas que habían sido sometidas al olvido, habían sido invisibles y habían sido el objeto de lucha y debate en varias mociones en el Ayuntamiento de Guadalajara. Pero fue en junio de 2017 cuando se aprobó la moción y permitió la construcción de este necesario memorial, un monumento por la justicia social, que conmemora a esas 976 víctimas de la represión franquista que lucharon por la libertad y dieron su vida por defender un gobierno legítimo. 
La destrucción no es la consecuencia de la actuación de ningún vándalo, sino el fruto de la impericia de los albañiles que procedieron a colocar las baldosas, todas ellas del mismo tamaño y con nombres grabados en su anverso. Por desgracia, y a pesar de transcurrido un mes y medio desde la caída de la primera placa la única actuación municipal visible ha sido la de limitar el entorno con una cinta de la Policía Local. Ni siquiera se ha puesto una lona para taparlo, tal y como ha pedido el Foro por la Memoria, asociación que acude con frecuencia a este espacio de memoria acompañando a familiares de víctimas procedentes de toda España, visitas y acompañamiento que ha dejado de realizar en vista del lamentable estado del memorial, que produce vergüenza ajena.

El pasado pleno municipal, el concejal de Unidas Podemos, José Morales, hizo una pregunta a instancia nuestra al equipo de gobierno municipal sobre el estado del memorial, y sobre su restauración. Dicha denuncia incluía una cuestión sobre la errata cometida por el ayuntamiento en la instalación de varias placas dedicadas a las víctimas recuperadas en el cementerio civil
https://guadalajara.5avd.tv/ (minuto 07:41:43) a la cual la concejala de Cementerio, Lucía de Luz, indicó «que se habían caído dos placas» cuando a fecha de 7 de mayo de 2022 el número de placas es de 28, y se siguen cayendo. La respuesta respecto a la errata cometida, dijo que ya se habia corregido, cosa que a fecha de 8 de junio, no es cierta.


Arriba, primera placa caída el día 26 de mayo de 2022, Foto: Foro por la Memoria

Último homenaje realizado alli a familiares, realizado el 2 de mayo, en el que sólo era una la placa caída. Foto: Foro por la Memoria


El PCE , partido que se ha hecho eco de esta denuncia, indica que estos daños y desperfectos son debidos “debido a una ineficiente construcción: losetas caídas y hechas añicos, pintadas, vandalismo, estado de fragilidad, degradación general…”

María Fernández, secretaria provincial del PCE indica: “Exigimos al Ayuntamiento de Guadalajara que tome medidas al respecto. Conmemoraciones, recuerdos y homenajes como este son la clave para aprender del pasado y no cometer los mismos errores en el presente”.

FMGU 1/12/2021.- El día 9 de julio de 1939, Juan Eraso Echevarría, un joven estudiante iruñés de 24 años, militante del PCE, fue asesinado en el patio de la Prisión junto a otros cuatro camaradas:
Francisco Puntas Suárez, joven auxiliar de farmacia,, natural de Córdoba y que había sido teniente del Ejército Republicano de 30 años;
Juan Raposo Palomeque de 32 años, natural de Madrid y residente en Guadalajara, militante del PCE, de profesión metalúrgico; presidente del Socorro Rojo Internacional SRI de Guadalajara.
Valentín Simón Fuentes, de 30 años, natural de Madrid, de profesión contable y también del PCE; y Miguel Torres González natural de Sigüenza, (Guadalajara) 24 años, de profesión empleado,
Todos fueron asesinados juntos el día 9 de julio de 1939. Como causa de la muerte de todos ellos, el registro de defunciones municipal indica “a consecuencia de herida de arma de fuego“, A diferencia de los fusilados, en los que pone “Orden del juzgado de Ejecuciones”, Los autores de su muerte fueron conocidos falangistas de la ciudad, a los que se les permitía entrar a la cárcel para torturar presos republicanos, Los agentes del SIPM (Servicio de Información de la Policía Militar) franquista, encargados de su custodia, miraron para otro lado, e indicaron que se les había aplicado la “ley de fugas”.
En una entrevista con Clotilde Ballesteros, la viuda de Juan Raposo, uno de los asesinados en ese día, sabemos que en realidad, tanto Raposo como Echevarría y sus compañeros fueron asesinados a golpes en el patio de la Prisión Central de Guadalajara y posteriormente rematados a tiros, y que era una práctica frecuente en la Prisión. Todos los presos pudieron oír los gritos, Clotilde Ballesteros, que era también militante del PCE, recibió poco después los efectos personales de su marido, y entre ellos una camisa llena de sangre y desgarrada, con trozos de piel pegados.

Los cuatro asesinados el 9 de julio de 1939 fueron enterrados en la fosa común del llamado Patio de Santa Isabel del Cementerio Municipal de Guadalajara, concretamente en la fosa 24.

Este espacio es el que está junto al nuevo monumento memorial que se ha erigido con los nombres de los 976 asesinados por la dictadura entre 1939 y 1945. Se trata de una fosa común donde fueron enterrados no sólo victimas de la dictadura, sino todos aquellos fallecidos sin recursos procedentes del asilo, o enfermos del hospital, entre otros. La fosa del patio de Santa Isabel fue vaciada a los largo de los años y reutilizada en numerosas ocasiones.
El Foro por la Memoria de Guadalajara se ha puesto en contacto con la Asociación Republicana Iruñesa “Nicolás Guerendarain” y con el Partido Comunista de Euskadi , para poder localizar a algún familiar de Juan Eraso Echevarría, natural de Irún,

FMGU, Guadalajara, 7/11/2021

Comunicado de ASEREF:

Esta mañana del domingo 7 de noviembre 2021, estuve representando ASEREF , la asociacion por el recuerdo del exilio republicano español en Francia, en el memorial, en homenaje a 977 victimas del franquismo, que fue inaugurado, en el cementerio de Guadalajara, este viernes. ASEREF saluda el Foro por la Memoria de Guadalajara y le asegura de toda su solidadidad y fraternidad. No pudimos estar viernes para la inauguration lo sentimos. Esta mañana en Madrid se celebran las brigadas internacionales y la lucha par la defensa de Madrid, tambien saludamos a las asociaciones que han organizado este acto. No hemos podido participar pero ASEREF esta tambien de todo corazon con vosotros. í Salud y Republica !Eloy Martinez Monegal presidente de ASEREF

Eloy Martinez Monegal presidente de ASEREF
a Guadalajara el 7 de noviembre 2021

a Guadalajara el 7 de noviembre 2021

Communiqué d’ASEREF:

Ce dimanche matin 7 novembre 2021, je représentais ASEREF, l’association pour le souvenir de l’exil républicain espagnol en France, au mémorial, en hommage aux 977 victimes du régime franquiste, qui a été inauguré, au cimetière de Guadalajara, ce vendredi. L’ASEREF salue le Forum Mémoire de Guadalajara et l’assure de toute sa solidarité et de sa fraternité. Nous ne pouvions pas être vendredi à l’inauguration nous en sommes désolés. Ce matin, à Madrid a lieu un hommage aux brigades internationales et à la lutte pour la défense de Madrid, nous saluons également les associations qui ont organisé cet événement. Nous n’avons malheureusement pas pu y participer mais ASEREF est également de tout cœur avec les organisateurs de cet acte mémoriel important. í Salud y Republica !Eloy Martinez Président d’ASEREFà

Guadalajara le 7 novembre 2021

Eloy Martinez Monegal presidente de ASEREFa Guadalajara el 7 de noviembre 2021

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Respuesta del Foro por la Memoria a ASEREF

Queridos compañeros de ASEREF

Gracias de todo corazón por este hermoso detalle de honrar a los guadalajareños/as muertos por la libertad, Ayer vimos vuestras flores cuando fuimos a visitarlo con los polacos de la asociación de amigos de las brigadas, Fue una hermosa sorpresa, Una lección de amor y solidaridad , de un país hermano, que os agradeceremos siempre, Una lección, de un país con una cultura de memoria que es un ejemplo. GRACIAS HERMANOS en nombre del Foro por la Memoria de Guadalajara

Xulio Garcia Bilbao
Foro por la Memoria 

Guadalajara, FMGU, 5/11/2021. Intervención de Xulio García , portavoz del Foro por la Memoria de Guadalajara, en el acto de inauguración del Memorial a las Víctimas del franquismo en el Cementerio de Guadalajara. (1939-1945).


DISCURSO EN LA INAUGURACIÓN DEL MONUMENTO A LAS VICTIMAS DEL FRANQUISMO EN GUADALAJARA.
Guadalajara, 5 de noviembre de 2021

Buenas tardes


Autoridades presentes, familiares, representantes de los partidos políticos y sindicatos, vecinos y vecinas.
En este cementerio de Guadalajara donde nos encontramos, entre 1939 y 1945, fueron enterradas 976 personas victimas de la represión franquista. De ellas, 822 fueron asesinadas aquí mismo, frente a pelotones militares de ejecución. Otras 154 fallecieron debido a las terribles condiciones a las que fueron sometidas en la cárcel por torturas, hambre y enfermedades derivadas de su hacinamiento. Estas 976 son las que figuran en este memorial.

Estas personas, estos compañeros y compañeras, se encuentran repartidos por diversos espacios de este cementerio, pero fundamentalmente en dos fosas comunes: Una de ellas es esta de aquí, en la tapia suroeste.
Hay que decir que esta fosa había sido sometida al olvido casi absoluto institucional cuando no a la infamia y ha sido objeto de lucha y debate en varias mociones promovidas por nuestra asociación y la agrupación de familiares, Hasta que se aprobó la moción de junio de 2017 , que permitió entre otras cosas, la construcción este memorial.

Este espacio ha sido objeto del olvido MEDIATICO, a pesar de que sindicatos, partidos y familiares pusieron placas en él, y que era oficialmente, un jardín. Era una fosa casi INVISIBLE. Hasta hoy.

 El otro lugar de asesinato y enterramiento, está a unos 60 metros, en el propio cementerio, en la tapia sur. Era el antiguo cementerio civil.  Hay que decir no obstante, que prácticamente en todo el cementerio fueron enterradas muchas otras víctimas, dependiendo sobre todo, de los recursos económicos de sus familiares, muy mermados por el expolio y el robo.

Otras muchas víctimas de la represión franquista se encuentran enterradas en fosas clandestinas y cunetas por toda la provincia, de los que hemos podido poner nombre y apellidos de momento a 160 de ellos. Seguramente son muchos más.
A lo largo de todos estos años se han sucedido homenajes, los primeros y más numerosos, los de sus familiares, Homenajes privados, hechos incluso en la clandestinidad de la dictadura, pero también en el olvido institucional de la democracia. También tuvieron lugar homenajes de sus organizaciones políticas y sindicales, incluso en clandestinidad, por militantes, que en ocasiones llegaron a saltar la tapia del cementerio civil para poder hacerlos. En 1979, un grupo de víctimas de la dictadura logró recaudar dinero y que les fuera concedido por el nuevo ayuntamiento democrático un espacio para poner un monumento en el antiguo cementerio civil. Un monumento importante, pero un monumento privado. Ahora que inauguramos este, no nos olvidemos de ese monumento, del del civil, puesfue un esfuerzo en el que colaboraron muchas personas. La presidenta de esa comisión pro-monumento era Emilia Cañadas, hija de Antonio Cañadas, alcalde republicano fusilado en 1939. Emilia es la presidenta de honor de mi asociación, Foro por la Memoria, y es algo que nos honra. Hoy se encuentra con nosotros.

Las víctimas eran muy diversas y concurrían en ellas circunstancias diversas. Eran de varias organizaciones políticas y sindicales. Pero, aunque pudieran ser diferentes, hay algo que les une: Y es que quien les condenó, quien les asesinó, lo hizo con el fin de imponer unos determinados objetivos políticos. Con el fin de imponer una dictadura criminal. Y lo consiguió. Y estos compañeros y compañeras lucharon por evitarlo. Algunos podrán decir lo que quieran, pero el único motivo por el que estos compañeros y compañeras fueron condenados es por “Auxilio a la Rebelión”, es decir, por rebelarse y organizarse contra el bando de guerra de unos golpistas. Y cualquier otro argumento, es falso y sólo pretende en el fondo justificar un golpe de Estado, una guerra y una dictadura.

Y como demócratas, tenemos la obligación de denunciar el verdadero significado político de su persecución. La verdad de las víctimas nos obliga a impedir el triunfo del relato de sus verdugos y condenar lo que el franquismo pretendió con sus asesinatos y persecución política: Imponer una dictadura. Es decir; en resumen: la lealtad debe ser recompensada y la traición: condenada. Y por eso estamos aquí.

Es decir, estas victimas, que ni siquiera estaban contadas hasta hace poco tiempo, habían recibido homenajes privados de sus familias, y colectivos de sus organizaciones. Faltaba el homenaje más importante. El institucional, el de las autoridades que nos representan a todos.. Y ese ha llegado hoy, con la inauguración de este memorial.

Es una deuda que los demócratas teníamos que pagar. Era necesario. Aquí hay fusilados cinco guardias civiles por defender la legalidad republicana, entre ellos, un teniente coronel. (José Rubio García) Aquí hay asesinados muchos militares.  

Aquí hay también 62 alcaldes enterrados, 75 concejales, y multitud de funcionarios, aunque lo que más hay son por supuesto, son jornaleros y obreros que dieron sus vidas por la libertad. Lucharon por la legalidad democrática de la República, por un estado republicano que les amparaba.

Tras este acto de homenaje, queda lo que consideramos que es más importante: Y es que a estas victimas, las que eran de una organización o de otra, las que tienen familiares o no los tienen, los que fueron enterrados en un lugar u otro, las que sabemos donde están o no lo sabemos… A todas ellas se les reconozca su derecho de acceso a la justicia, Y que nadie entienda justicia como revancha o nada parecido. Justicia para nosotros significa que sus sentencias sean anuladas, y que dejen de ser oficialmente criminales, y que sean declarados ilegales los tribunales que las emitieron,
Sus sentencias fueron reales, tuvieron consecuencias reales, E aquí la prueba, No se obtiene reparación ni mucho menos justicia, no se repara a nadie con la entrega de un certificado, por muy honorífico que sea. Necesitamos que se anulen sus sentencias. Por cierto, justicia tampoco es solamente recuperar sus restos sin jueces, Es un acto de reparación personal importante, pero lo debe hacer la administración central del Estado.


Por último: NO queremos hablar de ellos sólo como muertos, sino recordarlos vivos por lo que hicieron; Luchar por la libertad, Poner como ejemplo su compromiso por la legalidad, por la justicia social. Porque frente al hecho de un golpe de Estado, dieron un paso para defender al gobierno legítimo.

Eso es todo, Muchas gracias


Foro por la Memoria de Guadalajara