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La exhumación del cementerio de Las Casas, bajo secreto de sumario

Recuerdo y Dignidad presentará una denuncia por crímenes contra la humanidad

Recuerdo y Dignidad ha iniciado este viernes 22 el proceso de exhumación de las víctimas del franquismo asesinadas en el cementerio de Las Casas en un escenario judicializado. La jueza instructora del caso ha decretado el secreto de sumario. La providencia decreta la restricción de acceso al lugar del crimen a toda persona ajena a las tareas de exhumación y la “total exclusión” de los medios de comunicación. Como consecuencia, en esta ocasión Recuerdo y Dignidad no podrá llevar a cabo la labor de difusión y divulgación que realiza antes, durante y después de cada intervención. Sin embargo, la aplicación de los protocolos de protección de la zona supone un avance en cuanto al tratamiento de las víctimas, con el respeto que se merecen, tal y como sucede en el resto de países con crímenes que afectan a los derechos humanos. Ésta es la sexta ocasión en que Recuerdo y Dignidad consigue abrir una causa por crímenes del franquismo, si bien esta vez supone un salto cualitativo en cuanto a la intervención por parte del juzgado. La Sociedad de Ciencias Aranzadi es la encargada de las tareas de exhumación al no disponer el Instituto de Medicina Legal de Soria de un equipo propio de arqueología forense.

En paralelo a la exhumación judicializada, Recuerdo y Dignidad está preparando una denuncia en la que se demuestra de forma fehaciente la motivación política de los asesinatos cometidos en Las Casas, que no es una excepción en el marco de asesinatos y crímenes de lesa humanidad por motivación política llevados a cabo por el franquismo. En ella, quedan patentes los patrones de exterminio sistemático por motivación ideológica planeados de forma premeditada e implementados por el régimen franquista desde el principio del levantamiento militar hasta el final de la dictadura. Por todo ello, ésta podría ser considerada la primera de un nuevo tipo de exhumaciones judicializadas y acordes a la nueva Ley de Memoria Democrática y más similares a las implementadas en cualquier otro país con delitos similares contra los derechos humanos y que cuentan con protocolos legales que respetan a las víctimas y las tratan como tales. Si bien hasta el momento no han sido consideradas jurídicamente como crímenes contra la humanidad.

Foto: Recuerdo y Dignidad

Fuente: https://recuerdoydignidad.org/notas-de-prensa/es/notas-de-prensa/la-exhumacion-del-cementerio-de-las-casas-bajo-secreto-de-sumario?fbclid=IwAR2a_14B2Mek7La94Lza4tpXR9xcpMXW5o812CVcX5I00nCqnCiAJEe-zuQ

Nueva exhumación en el cementerio de Las Casas este viernes en busca de 34 cuerpos


Los trabajos en la segunda fosa común más grande la provincia están judicializados y son la continuación de los habidos a finales de mayo, cuando se encontraron ya restos de siete cuerpos



Restos encontrados en la prospección en Las Casas en junio.GONZALO MONTESEGURO

Pilar Pérez Soler, Soria

La asociación memorialista de Soria Recuerdo y Dignidad continúa este viernes 22 de septiembre con la exhumación de cuerpos en la fosa común del cementerio de Las Casas: hasta 34 cuerpos puede contener esta fosa, la segunda mayor de la provincia de Soria, después de la de Matas de Lubia, si bien en este caso está localizada pero sin intervención.

Se trata de la segunda exhumación en Las Casas tras los primeros trabajos de prospección en finales de mayo, cuando se hallaron varias fosas comunes y se exhumaron los restos mortales de siete personas, víctimas del franquismo, con presencia judicial. En esta segunda fase se procederá a la exhumación del resto de cuerpos encontrados durante la prospección, aunque se espera hallar un número superior durante la exhumación. «En aquella prospección se delimitó la fosa para conocer la magnitud. Se exhumaron siete cuerpos pero una vez que profundizamos, debajo no había nada. El resto están en una zona anexa, junto a la primera fosa. Pensamos que habrá 34, contando los siete primeros, pero hasta que no exhumemos todo no lo sabemos con exactitud», afirma Sherezade Benito Menéndez, de Recuerdo y Dignidad.

¿Por qué 34? La exhumación de esta fosa común es la culminación de 15 años de investigación, basada en documentación archivística y el libro La represión en Soria, de Antonio Hernández, donde aparecen esos desaparecidos. El tercer pilar para localizar estos enterramientos clandestinos y poner nombre a los asesinados han sido los testimonios orales de familiares y de vecinos de Las Casas, lo que ha sido «fundamental» en este caso. De este modo, se sabe que los cuerpos enterrados son de personas originarias de Soria, concretamente de Deza, Pozalmuro, Noviercas, Castilruiz y Mazalvete. El listado de Recuerdo y Dignidad comprende, además, hasta 50 prisioneros de Sigüenza.

Al igual que la ocasión anterior, la exhumación de este viernes cuenta con la autorización de la Juzgado. En junio, y tras una primera intervención, los trabajos de prospección pasaron al día siguiente al ámbito judicial con la visita de una forense del Instituto de Medicina Legal de Soria.

Desenterramientos

Miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi se harán cargo de nuevo de las tareas de exhumación, al no disponer de un equipo de antropología forense el Instituto de Soria. Ésta es la quinta ocasión que la asociación memorialista Recuerdo y Dignidad consigue que se judicialice una exhumación de víctimas de la represión franquista durante el levantamiento militar de 1936, según destacaron en su momento.

Esta judicialización del proceso obliga a seguir un protocolo en las actuaciones que incluye la presencial policial durante los desenterramientos, el acordonamiento de la zona así como el secreto de sumario, entre otras cuestiones, explica la asociación. Los trabajos de exhumación comenzarán en torno a las 11 de la mañana de este próximo viernes.




Fuente:
https://www.heraldodiariodesoria.es/soria/230919/155309/nueva-exhumacion-cementerio-casas-viernes-busca-34-cuerpos.html

FMGU 11/09/2023.- Esta mañana hemos llevado a cabo una ofrenda floral en la placa de las pistas deportivas Salvador Allende en Guadalajara a los 50 años del golpe cívico-militar contra la democracia en Chile #Allende
Organizado por el Núcleo de Guadalajara del Partido Comunista de España (PCE) y el Partido Comunista de Chile (PCCh) con el apoyo del Foro por la Memoria de Guadalajara, y los sindicatos UGT y CCOO.
Fotos: Xulio García/FMGu y Manuel Torres Rodríguez-Barbero

La prospección de fosas comunes en el cementerio de Las Casas, en Soria, abre una “vía de esperanza” para encontrar los restos de decenas de personas que fueron tomadas prisioneras en la catedral seguntina y cuyo rastro se pierde en 1936

Francisca Bravo 20 de junio de 2023 Eldiario.es

Isabel lleva toda su vida buscando a sus tíos. Eran tres. Francisco, Agustín y Carmelo Marín Martínez. Salieron a combatir en la guerra civil y nunca más volvieron. Son tres de los más de 150 republicanos desaparecidos tras la batalla de Sigüenza, un episodio relevante en el desarrollo de la contienda en la provincia de Guadalajara con la catedral como símbolo. El 16 de octubre de 1936, el bando franquista detuvo a un gran número de combatientes republicanos que se encontraban refugiados en el templo catedralicio. Fue el bando republicano el primero en llegar a la ciudad, mientras que los ‘nacionales’ estuvieron acompañados incluso por bombardeos alemanes. La catedral de Sigüenza se convirtió en una suerte de fortaleza hasta que los republicanos fueron hechos prisioneros.

Tras años de investigaciones, el Foro por la Memoria de Guadalajara ha detectado que hay un total de 157 prisioneros republicanos que han “desaparecido”. Los investigadores de la asociación han comparado dos listas de prisioneros de esta batalla. La primera incluye hasta 591 personas, entre miembros de milicias republicanas y de personas refugiadas que fueron a buscar cobijo a la catedral de Sigüenza. Es la denominada ‘Relación general de los entregados en la catedral y llevados al teatro’. En la segunda lista, ‘Relación nominal de los individuos prisioneros de guerra, procedentes de Sigüenza, detenidos en esta prisión a disposición del Excelentísimo Señor general Jefe de la División de Soria, con expresión de su naturaleza, vecindad, edad y profesión de los mismos, ingresados en la misma el 17 de octubre de 1936’, sólo hay 333 nombres. Y no todos coinciden con los de la lista anterior.

De este modo, el Foro por la Memoria ha llegado a la conclusión de que cabría la posibilidad de que se trate de víctimas de crímenes de lesa humanidad. Y por eso, trata de localizar sus restos, en paradero desconocido hasta ahora. Y los buscan fuera de Castilla-La Mancha, concretamente en la última exhumación llevada a cabo por la Asociación Memorialista Recuerdo y Dignidad en la provincia de Soria. Ambas organizaciones memorialistas llevan años colaborando en esta búsqueda.

El pasado 29 de mayo, la asociación soriana comenzó los trabajos que culminaron con la localización de una serie de fosas comunes en el cementerio de Las Casas. Se abría así una “vía de esperanza” para la localización de los cuerpos. Como ha ocurrido con otros trabajos de exhumación y localización de fosas comunes por parte de la Asociación Recuerdo y Dignidad, se han abierto diligencias judiciales con las que se “abre una vía de esperanza”.


Miembros de la policía judicial de Soria haciendo atestado tras el hallazgo de una fosa con republicanos asesinados en el cementerio de Las Casas (Soria) Foto FMGU.

“Mi abuela nunca ocultó lo que pasó”

Maribel Dorado Marín forma parte del grupo de familiares que las organizaciones han podido localizar en el proceso de búsqueda de todas estas personas desaparecidas. Francisco, Agustín y Carmelo eran hermanos de su madre. El más pequeño tenía sólo 18 años cuando desapareció. “Mi abuela nunca ocultó lo que pasó. Ella hablaba de sus tres hijos que fueron al frente y nunca volvieron”, resalta. Su abuelo se dedicó a recorrer los frentes cercanos a Madrid para intentar localizar a sus hijos y en un momento de su búsqueda, sufrió un infarto. “El forense le dijo a mi abuela que había sufrido un sufrimiento muy grande. Y mi abuela se quedó sola con sus cinco hijos”, señala.

Hoy en día sólo queda vivo uno de sus tíos. En 1936 tenía cuatro años. “He visto a mi abuela y a mi madre sufrir por sus hijos y por sus hermanos. Mis tíos tienen que reposar junto a mi abuela, que era lo que ella quería. No es lícito que algunas personas tengan a sus familiares enterrados y otros los tengamos tirados en cunetas o comidos por las alimañas”, afirma, emocionada. Dice haber heredado el duelo de su abuela y que ha sido eso lo que le ha impulsado a seguir una búsqueda que parecía no tener fin. “No teníamos los medios. No encontrábamos respuestas”.

Hasta que dio con el Foro por la Memoria de Guadalajara. Les contó la información que tenía: que dos de los hermanos se habían ido a Sigüenza y un tercero al frente de Talavera de la Reina, en Toledo. De este, el mayor, no saben nada. Pero tienen esperanza de encontrar los restos de los otros dos. “Mis tíos pueden estar en Soria, pero no sabemos en qué sepulturas. Mi labor es localizar a mi familia. Quiero encontrar a mis tíos, pero también a todos los fusilados”, explica Dorado Marín. “Independiente de lo que pase con la búsqueda de ellos, yo quiero contribuir a encontrar al mayor número de personas posible. Todo el mundo tiene derecho a que se dignifique la memoria de sus seres queridos”, remata.

Posibles crímenes contra la humanidad

El presidente de Recuerdo y Dignidad, Iván Aparicio, explica que la prospección del cementerio de Las Casas, en Soria, es el resultado de muchos años de investigación, puesto que sólo se pueden abrir fosas si los familiares lo reclaman. Las tareas llevadas a cabo entre mayo y junio de este año, se realizaron a petición de la mujer de una de las posibles víctimas, que ya no vive, y gracias a una subvención de la Junta de Castilla y León y la ayuda del Ayuntamiento. “Necesitábamos cuantificar la magnitud de lo que había en el cementerio, porque tenemos referencias de hasta cien asesinatos, por lo que se hizo prospección en los dos huecos que los vecinos habían respetado”, señala.

Aparecieron los cuerpos de siete personas en una primera fosa común. “El juzgado dijo que debían exhumarse y así hemos logrado que se pronunciase la justicia. Vino también una forense y a partir de ahí se ha judicializado esta causa”, señala. Es la quinta causa que la asociación logra que llegue hasta los tribunales, por presuntos crímenes contra la humanidad. “Conseguimos la presencia de la Policía Nacional y de la Guardia Civil en el momento de encontrar los restos y entonces interpusimos la denuncia”, explica. Aparicio recuerda que en una de las causas que Recuerdo y Dignidad ha abierto han declarado familiares, y ha estado tres años abierta, hasta llegar al Tribunal Supremo.

“Llegamos al cementerio de Las Casas con la idea de que había 40 vecinos de la provincia de Soria, y además, cerca de medio centenar de víctimas de la catedral de Sigüenza, repartidas entre dos sacas”, explica. En una primera valoración, siempre como hipótesis, los cuerpos encontrados se corresponderían más bien con personas de la provincia de Soria, debido a las ropas que vestían. “Pero vamos a mirar también en los muros donde pudiera haber más cuerpos, y que probablemente pudieran ser los de Sigüenza. Todo son hipótesis y debe comprobarse cuando entremos en las labores de exhumación”, concluye.





Fuente, https://www.eldiario.es/castilla-la-mancha/social/buscando-desaparecidos-batalla-siguenza-quiero-encontrar-tios-fusilados_1_10297099.html

Entrada de las tropas del bando sublevado en Cogolludo, 1937. En el pie de foto se lee: «El Gral. Moscardó en la Plaza de Cogolludo»//Imagen: Biblioteca Digital Hispánica GC-CAJA/054/04.

Once de ellos se instalaron en la provincia y cuatro en la capital. Se trataba de centros de clasificación temporales en los que los prisioneros padecieron un trato infrahumano

Publicado por: Ana María Ruiz 10/06/2023 El Decano de Guadalajara
A finales de marzo de 1939 se produjo la ocupación militar de Guadalajara por parte de las tropas franquistas. Desde el minuto cero, miles de prisioneros de guerra fueron capturados y encerrados en campos de concentración, donde sufrieron terribles situaciones de hambre, hacinamiento, torturas y muerte. En toda España, se crearon cerca de 300 campos por los que pasaron entre 700.000 y un millón de españoles. 


La provincia albergó quince de ellos, en los que permanecieron cerca de 19.000 prisioneros republicanos. Xulio García Bilbao, portavoz Foro por la Memoria de Guadalajara, puntualiza que, en el caso de Guadalajara, la mayor parte fueron efímeros y cerrados tras los primeros meses de uso. Eran lugares donde se concentraba a los presos para su clasificación y posterior envío a cárceles, batallones militares o batallones de trabajos forzados. Algunos de ellos, los menos, fueron puestos en libertad. 


En concreto, los campos de concentración de la provincia se localizaron en Sigüenza, Espinosa de Henares, Villanueva de Argecilla, Armuña de Tajuña, Ruguilla, Gárgoles de Arriba, Maranchón y Miralrío, que se subdividió en otros cuatro campos en Cogolludo, Casas de San Galindo, Padilla de Hita y Jadraque. Cabe destacar que éste último, llamado la ‘Casa del Guarda’, fue objeto en 2022 de un proyecto de investigación por parte del CSIC, dirigido por Alfredo Ruibal, cuyo equipo lleva más de una década desarrollando estudios arqueológicos de espacios relacionados con la Guerra Civil española. 


Según los datos que refleja el libro ‘Los campos de concentración del franquismo’, del periodista Carlos Hernández, por los centros instalados en Guadalajara pasaron alrededor de 12.000 miembros del ejército republicano, además de otras personas relacionadas de una u otra manera con la ideología de la República.


A éstos 12.000 habría que sumar los 7.000 que albergaron los cuatro campos de concentración y clasificación que se crearon en la capital. Concretamente, en el antiguo Convento de las Monjas Bernardas -en el espacio que hoy ocupa la Escuela de Arte-, en la Plaza de Toros, en la fábrica de la Hispano Suiza y en el llamado Polígono, muy cerca del barrio de Los Manantiales.


Según explica Xulio García, una vez realizada la ocupación militar, el ejército franquista se encontró con miles prisioneros que debía de clasificar. Para ello, se creó la Comisión Central de Campos de Concentración que estableció una serie de normas que debían aplicarse en dicha clasificación. Se adjudicaba a cada preso una letra (A, B, C y D) según fuese su ‘peligrosidad’ para el incipiente nuevo régimen. “Cuando cae el frente republicano en 1939 y se rinden los soldados, el ejército franquista se encontró con miles de prisioneros en muchísimos lugares donde cayeron los frentes en la provincia”, señala. 

Campo de concentración del convento de San Bernardo//Imagen: Archivo Municipal Guadalajara. Cedida por Xulio García

Carlos Hernández relata en su libro cómo las comisiones clasificatorias eran las que determinaban el destino de los internados. “Se investigaba a cada uno de los prisioneros, principalmente mediante informes de alcaldes, curas y de los jefes de la Guardia Civil y la Falange de las localidades natales”.

Los declarados ‘afectos’ (A) eran puestos en libertad; los ‘desafectos leves’ y sin responsabilidades políticas (B) eran enviados a los batallones de trabajadores; los desafectos ‘graves’ (C) eran enviados a consejos de guerra para ser condenados a muerte o a largas penas de prisión.Según consta en la documentación del Archivo General Militar de Ávila, en esta lista ‘negra’, a las que ha podido acceder El Decano de Guadalajara, se incluía a los altos cargos y comisarios del ejército republicano.  Los clasificados como delincuentes comunes (D) eran enviados también a la cárcel o permanecían en los campos permanentes. 

 Las mujeres civiles que fueron capturadas en un primer grupo fueron encerradas durante 48 horas en la iglesia de San Ginés. A través del testimonio de Aurora Arnaiz, una presa que dio a luz allí y perdió el bebé, autora de un libro sobre mujeres republicanas apresadas, conforme se iban haciendo más prisioneras y dado el hacinamiento, eran trasladadas a uno de los cuatro patios de la Prisión Central (hoy Prisión Provincial en desuso), donde permanecían un tiempo. Allí, Tomasa Cuevas, otra presa que relató estos hechos en uno de sus tres libros sobre la represión franquista, fue testigo de las torturas a las que eran sometidos los hombres presos, a los que desde el patio oían proferir gritos desgarradores. Cuando se empezó a detener y traer a más mujeres y el número fue excesivo, las llevaron al Colegio Sagrado Corazón, donde asegura que las mataban de sed y vivían en condiciones terribles. Todas ellas fueron clasificadas y enviadas a  distintas prisiones de España y a la Prisión Militar de la calle Ángel Martín Puebla, posteriormente reconvertida en la Cárcel de Mujeres. Según la información proporcionada por Xulio García, más de 600 mujeres fueron apresadas y condenadas en Guadalajara.

Condiciones infrahumanas

Cabe destacar que los campos de concentración, dada su temporalidad y lo rápido de su creación, no contaban con las mínimas condiciones de vida. “A pesar de su carácter provisional, uno podría llegar a pensar que fueron menos duros para los prisioneros, pero no es verdad. El problema está en que la imagen que tenemos normalmente de un campo de concentración es la que nos ha llegado a través del cine y de los campos de exterminio nazis y, cualquier otro campo que tenga otra característica, parece que es un campo humanitario o un lugar de vacaciones y no es verdad”, afirma García. 

Las condiciones eran durísimas. Los detenidos, incluidos los heridos y los enfermos, se hacinaban en unas instalaciones que no estaban habilitadas para albergar a cientos de personas: “Deliberadamente o no y, debido a la masificación, la alimentación no era buena, no tenían ropa ni abrigo y la higiene era nula. La situación era terrorífica”, apunta Xulio García, quien añade que estos lugares no reunían las condiciones establecidas en los acuerdos de la Convención de Ginebra que España firmó en 1929. En ella se señalaba que el ejército tenía la obligación de cuidar y dar un tratamiento humanitario a los prisioneros bajo su custodia: “Según Ginebra, en aquellos campos ya se estaban cometiendo crímenes de guerra”, denuncia.


Afortunadamente, los campos de concentración de la capital cerraron su actividad el 25 de abril de 1939, cuando todos sus ocupantes habían sido clasificados y evacuados. Su destino: la condena a muerte, la prisión, los trabajos en las industrias militares del Régimen (Destacamentos penales, colonias penitenciarias militarizadas y talleres penitenciarios.)  o los llamados Batallones de Trabajadores, divididos en Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores, Batallones Disciplinarios de Trabajadores y Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores Penados.


Con respecto a los campos de la provincia, o bien desaparecieron directamente o se reconvirtieron en sedes de estos Batallones de Trabajadores Penados, como el de Jadraque, cuyos prisioneros se encargaron de la construcción del embalse de Pálmaces, o el de Sigüenza, dedicado a la reconstrucción de la Catedral. 

Según el portavoz del Foro por la Memoria, todo este despliegue “significa que el incipiente gobierno franquista gastó una cantidad ingente de recursos y de dinero únicamente para castigar y extender el castigo a estas personas. Consideramos que es importante y que hay que recordarlo”. 

Prisioneros de un Batallón de Trabajo en Sigüenza, en 1942//Imagen: laplazuela.net

Una moción de dignificación


En este sentido, el grupo municipal de Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Guadalajara, presentó una moción ante el pleno celebrado el 29 de noviembre de 2019 con el objetivo de dignificar y rendir memoria y homenaje a las miles de personas de la provincia y de otros puntos de España que fueron prisioneros en los campos de concentración. 

En ella, se pedía instar a la Junta de Comunidades a instalar una placa dentro de la Escuela de Arte y habilitar un espacio de memoria en la Plaza Ceuta y Melilla “que recuerde que fue utilizado como campo de concentración franquista en el año 1939”. Asimismo, se proponía buscar fórmulas para que los alumnos de dicha Escuela pudieran participar en el proceso de creación de ese espacio con algún tipo de expresión artística. 

La moción fue rechazada con los votos desfavorables del Partido Popular, Vox y Ciudadanos, quienes consideraban, según consta en acta, que este hecho supondría reabrir viejas heridas, dividir a la sociedad y promover la confrontación. 


Lamentablemente, a día de hoy, los lugares que albergaron campos de concentración en la provincia continúan sin tener ningún signo físico de reconocimiento a los miles de hombres y mujeres que allí sufrieron lo indecible por luchar en defensa de sus ideales y que, guste o no, forman parte de la historia de este país y de esta provincia. Tanto como los del bando ganador.

Sello oficial del organismo que controlaba los campos//Imagen: Twitter Carlos Hernández, de su libro ‘Los campos de concentración del franquismo’.

Fuente:

https://eldecanodeguadalajara.com/index.php/news/2973/los-campos-de-concentraci%C3%B3n-franquistas-de-guadalajara-albergaron-a-cerca-de-19-000-presos-republicanos/?fbclid=IwAR0Y4aG-66xP6v7ccN3BTPd7oOSOaPvJT8yvmoa9ZGXAML1XkFq8QquKaFQ

157 asesinatos investigados por la Justicia

Según el Foro por la Memoria de Guadalajara, serían milicianos hechos prisioneros en 1936 tras la Batalla de Sigüenza.

Por Gloria Magro. El Hexágono de Guadalajara.

La policía judicial investiga el hallazgo de cuerpos en el cementerio de Las Casas (Sorias); Foto: FMGU

El escenario del crimen es rápidamente acordonado por la policía judicial. A la espera del juez a cargo de la investigación, los agentes impiden la labor de los fotógrafos y mantienen a distancia prudencial a los familiares de las víctimas y a los investigadores que han hecho el descubrimiento. A sus pies, la fosa del cementerio de Las Casas, en Soria, donde han aparecido los restos revueltos de lo que podrían ser en total en todo el recinto más de un centenar de personas asesinadas, muchas de las cuales, según el Foro por la Memoria de Guadalajara, serían milicianos hechos prisioneros en 1936 tras la Batalla de Sigüenza.

Soria asiste estos días fascinada al último episodio de la Guerra Civil, que se escribe en un cementerio de su capital. Los periódicos publican día a día las últimas novedades de un caso histórico que desvela uno de los episodios más dramáticos sucedidos en los primeros meses de la contienda y del que los historiadores tenían constancia aunque la fosa no hubiera sido aún localizada. En la cata anterior, el pasado otoño, ahora saben que se quedaron a escasos centímetros de acertar. Los primeros siete cuerpos han aparecido justo ante la puerta principal del recinto y se cree que hay muchos más, tanto dentro como extramuros.

Más de ochenta y seis años después de aquellos sucesos y a diferencia de lo que ocurre en otros lugares, en esta ocasión el paisaje dantesco de huesos y balas de procedencia alemana localizado en Las Casas no está siendo tratado como mera arqueología forense sino como el escenario de un crimen, de un crimen a gran escala. Los juzgados de Soria han procedido con diligencia en la excavación realizada por los investigadores de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y la asociación soriana Memoria y Dignidad. Los familiares de algunas de las víctimas, allí presentes, confían en que las pruebas de ADN confirmen el final de una búsqueda que ha durado décadas de dolor e incertidumbre.

Maribel Dorado Marín ha ido en varias ocasiones a Soria, estuvo presente en la excavación del pasado otoño y también ha querido presenciar ésta. Busca a sus tíos, desparecidos en Sigüenza tras la toma de la catedral. El rastro de ambos se pierde entre los cientos de milicianos prisioneros trasladados en tren al convento soriano de Santa Clara, reconvertido por aquel entonces en prisión del ejército sublevado. «Todos los que están aquí enterrados merecen estar con sus familias», afirma emocionada después de haber presenciado la aparición de los primeros restos óseos y de haber visto las huellas claras de disparos en los cráneos que surgen de entre el barro. Esa imagen ha recorrido todos los medios de comunicación nacionales e internacionales estos días.

Los investigadores creen que en ese recinto yacen vecinos de los pueblos de alrededor, represaliados en los meses iniciales de la guerra, y también prisioneros provenientes de Guadalajara. El juzgado de Soria ha solicitado al Foro por la Memoria de Guadalajara que proporcione las listas de presos que localizaron en 2011 en archivos militares. Se trata de dos listados con nombres, apellidos y filiación que da cuenta de los milicianos capturados en Sigüenza por el ejército sublevado. El primero de ellos, fechado el 16 de octubre de 1936, tras la toma de la catedral, con los datos de 490 hombres, 47 mujeres y 54 niños, y el segundo, procedente de la prisión de Soria, a donde fueron trasladados, fechado en enero de 1937. Entre un lista y otra, la diferencia es de 157 nombres, cuyos cuerpos podrían ser los que se han encontrado estos días y los que aún pueden aparecer cuando se realicen las siguientes prospecciones.

Entre ellos podrían estar los restos de Enrique Bispo Blanco, miliciano del Batallón Ferroviario, desaparecido cuando se encontraba bajo custodia de las fuerzas fascistas después de combatir en Sigüenza. Su nieta, Olga Quijada Bispo, asistía estos días a la excavación. Al igual que ella, Maribel Dorado Marín; cementerio soriano ha sido la última parada de su búsqueda. Tres de sus tíos, apenas adolescentes, se alistaron en defensa de la República en el verano de 1936. A dos de ellos, Carmelo Agustín Marín Martínez, los más jóvenes, el Foro por la Memoria de Guadalajara los sitúa en Sigüenza durante la toma de la catedral. Sus nombres figuran en el listado de los milicianos que llegaron después a Soria y ahí se desvanece su pista, estando bajo custodia de los militares sublevados. La familia no ha dejado de buscarles desde entonces.

En España, a diferencia de lo ocurrido en otros conflictos de la época, tras el fin de la Guerra Civil no estalló la paz, sino la represión. El Régimen franquista no levantó sistemáticamente fosas y cunetas, no identificó a los caídos, ni proporcionó descanso a todas las familias. “Solo lo hizo con los suyos –explica Xulio Garcia Bilbao, documentalista y responsable del Foro por la Memoria de Guadalajara, presente también en el levantamiento de la fosa de Soria-. En el BOE del 1 de mayo de 1940 Franco publicó una orden para exhumar, identificar y homenajear a los muertos del bando franquista, ignorando a los republicanos”.

Los años venideros se cebaron aún más con los españoles que perdieron no solo la guerra, sino también a sus padres, tíos o hermanos. La democracia no recogió tampoco la petición de estas familias. Y no ha sido hasta esta última legislatura, más de ochenta y cinco años después, con la La ley de Memoria Democrática, cuando se abrió una ventana de esperanza para los que aún manifiestan su derecho legítimo de encontrar sus restos. Y sin embargo, siguen siendo las asociaciones memoralistas quienes buscan la información y las respuestas. Muchas veces a pie de fosa, como estos días en Soria.

La Ley de Memoria Democrática entró en vigor en noviembre de 2021, su texto se puede consultar en el B.O.E y sitúa a España al mismo nivel que otras democracias europeas , ajustando a nuestro país a los principios de derecho internacional. La Ley se basa en los principios de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, así como en los valores democráticos de concordia, convivencia, pluralismo político, defensa de los derechos humanos, cultura de paz e igualdad de hombres y mujeres, como reza el comunicado de Presidencia del Gobierno. Para el ministro de presidencia y memoria democrática, Félix Bolaños, con esta ley «pasamos definitivamente página de la etapa más negra de nuestra historia, de la Dictadura y de la Guerra Civil, y abrazamos y reivindicamos lo mejor de nuestra historia, a las personas que lucharon por la democracia, por la Transición, por la Ley de Amnistía y por la Constitución».

Sin embargo, y aunque se trata de la legislación que más ha avanzado en asistencia a las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, y que más ha trabajado en crear una conciencia histórica sobre esos años, no supone una reparación o un marco legislativo completo, ni tampoco ha desarrollado en estos años su articulado. De hecho, la falta de un banco nacional de ADN es una de las trabas más importantes a la hora de identificar los restos cuando aparecen. Las asociaciones, como el Foro por la Memoria de Guadalajara, trabajan con laboratorios privados que almacenan estas pruebas, supliendo así la labor que no efectúa el Estado y que previsiblemente de llegar el Partido Popular al Gobierno ya no se llevará a cabo. La Ley de Memoria Democrática es una de las que el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoo ha anunciado que derogará si gobierna la próxima legislatura.

Los listados de prisioneros y la información proveniente de archivos militares encontrada por el Foro por la Memoria de Guadalajara donde se prueban crímenes de lesa humanidad según la legislación española e internacional vigente ya en 1936 fueron presentadas el 24 de septiembre de 2013 ante el relator especial de Naciones Unidas para desapariciones Forzosas, (OHCHR) Ariel Dulitsky, durante su visita a España y en el seno de una reunión con distintas entidades memorialistas.

Aquellas familias que tengan información o sospecha de un familiar desaparecido en la Guerra Civil y quieran practicarse pruebas de ADN pueden contactar a través del correo electrónico con foroporlamemoriaguadalajara@gmail.com 

Sus restos podrían encontrarse en las fosas del cementerio de Las Casas, en Soria, en cuya exhumación trabaja la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad desde el 29 de mayo.

Miembros de la familia de Enrique Bispo, miliciano desaparecido de la catedral de Sigüenza, siguiendo los trabajos en el cementerio de Las Casas. – FMGU

S. JIMÉNEZ

 9 DE JUNIO DE 2023

GUADALAJARA.- Foro por la Memoria de Guadalajara pide colaboración para localizar a los familiares de los milicianos desaparecidos en la catedral de Sigüenza en octubre de 1936, cuyos restos podrían encontrarse en el cementerio soriano de Las Casas, donde el pasado 29 de mayo la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad comenzaba a realizar una serie de catas y exhumaciones en unas fosas de la guerra civil.

Trabajos que abren una vía de esperanza para la localización, entre otros, de los cuerpos de los desaparecidos en la batalla de Sigüenza, que habrían sido trasladados allí en octubre de 1936 por las tropas franquistas.

Desaparecidos que, según las investigaciones llevadas a cabo desde Foro por la Memoria, serían 157, cuyos nombres habrían sido localizados en dos listas en 2011, las cuales fueron entregadas en 2013 al relator especial de desapariciones forzadas de la ONU, Daniel Dulitzky. Documentos por los que ahora el juzgado soriano que investiga los cuerpos aparecidos estos días en las fosas de Las Casas ha mostrado su interés, y van a ser aportados por la asociación memorialista guadalajareña.

Información que la ONU recogió, explican desde Foro por la Memoria de Guadalajara, lo cual “supuso un importante paso, pues se trata de pruebas de un caso flagrante de desapariciones forzosas, aunque también recordó entonces que es el Estado español el encargado de investigar estas desapariciones”.

Y es que tras la aparición el pasado 29 de mayo de los primeros restos humanos con signos de muerte violenta, la asociación soriana encargada de le excavación daba cuenta al juzgado de guardia, cuyo titular se personaba en el lugar para hacerse cargo de las diligencias.

Según explican desde Foro por la Memoria de Guadalajara, se trata del quinto caso en la provincia de Soria en el que tras la aparición de fosas de la guerra civil se practican diligencias judiciales, lo que supone “una novedad” con respecto a lo que ocurre en exhumaciones del mismo periodo en otros lugares de España, al descartarse en la mayoría de los casos la intervención judicial.

Respecto a la batalla de Sigüenza, la asociación recuerda que fue uno de los episodios más importantes de los primeros meses de la Guerra Civil. “El 15 de octubre de 1936, tras un asedio de varios días, las tropas franquistas concluyeron la ocupación militar de Sigüenza y detuvieron a numerosos prisioneros republicanos que se hallaban resistiendo o refugiados en la catedral”, señalan. Su número y destino ha sido objeto de diversas especulaciones hasta que fueron encontrados los datos que ahora se han ofrecido al juzgado de Soria.

En este sentido, apuntan cómo “la práctica totalidad” de los estudios publicados sobre este episodio se centra principalmente en los aspectos militares o tácticos, “ignorando la represión franquista y especialmente la llevada a cabo contra los resistentes en la catedral, que todavía hoy es desconocida en gran parte a pesar de los años transcurridos”.


Por ello desde Foro por la Memoria se pide colaboración para tratar de localizar a familiares de estos prisioneros desaparecidos, procedente de Sigüenza. Así invitan a quienes puedan aportar datos o quieran solicitar información, a ponerse en contacto con ellos a través del correo electrónico: foroporlamemoriaguadalajara@gmail.com

Fuente:
https://periodicoclm.publico.es/2023/06/09/foro-memoria-guadalajara-pide-colaboracion-localizar-familiares-milicianos-desaparecidos-siguenza/


Guadalajara, 8/5/2023.- FMGU.- Hoy 8 de mayo en el Día del Exilio, (fijado en la nueva Ley de Memoria Democrática), recibimos en Guadalajara la visita de los compañeros René Dangin-Gutiérrez y Elisabeth Dangin, del Centro Cultural Español de Rennes, (Bretaña), y juntos hemos visitado el memorial de los 977 fusilados por la dictadura franquista en el cementerio de Guadalajara. Gracias a los exiliados, la España democrática ha participado en la victoria del 8 de mayo de 1945. Gracias a sus descendientes, como René su memoria es preservada. Una vez más comprobamos cómo nuestras autoridades son incapaces de cumplir la ley que ellos mismos han promulgado.


Aujourd’hui, 8 mai, Jour de l’Exil, (fixé dans la nouvelle Loi de Mémoire Démocratique), nous avons reçu à Guadalajara la visite des camarades René Dangin-Gutierrez et Elisabeth Dangin, du Centre Culturel Espagnol de Rennes, (Bretagne) , et ensemble Nous avons visité le mémorial des 977 fusillés par la dictature franquiste dans le cimetière de Guadalajara. Grâce aux exilés, l’Espagne démocratique a participé à la victoire du 8 mai 1945. Grâce à leurs descendants, comme René, leur mémoire est préservée. Une fois de plus, nous voyons combien nos autorités sont incapables de se conformer à la loi qu’elles ont elles-mêmes promulguée.

foroporlamemoriaguadalajara@gmail.com

Evelio Sánchez-Largo: “La represión franquista fue criminal”
Entrevista a este líder obrero, aficando en Guadalajara, para que nos relate su experiencia. Durante la dictadura fue detenido 22 veces y llegó a ser torturado por «Billy el Niño».

Una imagen  histórica de Evelio Sánchez-Largo.

Una imagen histórica de Evelio Sánchez-Largo.

Está en la ochentena. Sin embargo, rebosa vitalidad. Es testimonio directo de la historia reciente de España. Llegó a conocer a Marcelino Camacho, con quien fundó la Comisión Obrera del Metal de Madrid, una de las primeras del país. Evelio Sánchez-Largo mantuvo con él contactos sindicales y políticos, debido a su doble militancia en el PCE y en CC.OO. De hecho, su compromiso le llevó a estar 22 veces detenido durante la dictadura. Incluso, fue torturado por «Billy el Niño», uno de los peores componentes de la policía franquista. Dclm.es ha querido hablar con Sánchez-Largo para que nos relate su experiencia. Todo un lujo.

Evelio, ¿por qué decidió tomar la militancia comunista?

Mi vida, desde niño, ha sido muy agitada como consecuencia de mis circunstancias familiares. Mi padre estuvo en la cárcel, por lo que mi madre y yo tuvimos que sufrir penurias para salir adelante. Por tanto, cuando tuve uso de razón fui consciente de que el régimen franquista nos estaba perjudicando muy seriamente.

Así, cuando comencé a trabajar observé la explotación que existía hacia los asalariados. Ante esto, decidí integrarme en el Partido Comunista, que era la única organización que existía para defender los intereses de la clase proletaria. Me afilié con el fin de mejorar la situación general de los obreros, entre los que yo me encontraba…

¿Cuándo comenzó su implicación política?

Tomé la militancia en la clandestinidad, en 1960, durante la dictadura de Franco. En ese momento yo estaba trabajando en la metalurgia, en la empresa Barreiros, domiciliada en Madrid. Allí estuve durante seis años, destacando en la defensa de los compañeros. Como consecuencia, decidieron despedirme porque –según Eduardo Barreiro, dueño de la compañía– yo era una persona incómoda, un agitador que perjudicaba sus intereses…

Durante este periodo, y hasta la muerte de Franco, ¿cómo fue su pelea en contra de la dictadura?

Seguí participando en las luchas obreras. De hecho, me incluyeron en una lista negra que diseñó el franquismo para que no nos dieran trabajo a los que éramos de izquierda. Por tanto, allí donde solicitábamos ocupación, nos rechazaban. Y así sucesivamente hasta 1975… A pesar de esta situación, no dejé de participar en diferentes manifestaciones. Llegamos a organizar el movimiento obrero a todos los niveles. Queríamos defender nuestros derechos.

¿Qué recuerdos mantiene de la creación de CCOO?

Junto a otros compañeros, como Marcelino Camacho o Julián Ariza, formé parte de una Comisión en Madrid. Y ante el desarrollo que estaba teniendo el movimiento obrero en España, decidimos legalizarla. Firmamos un documento y lo presentamos en el Registro. A las pocas horas, y como resultado de esta acción, todos los signatarios fuimos detenidos.

Éramos conscientes de que aquello podía pasar, pero queríamos que la lucha de los trabajadores se regularizara para, de esta forma, poder luchar contra el sistema y –también– contra el sindicato vertical, que era opresor y no favorecía los intereses de los asalariados. Por tanto, teníamos que crear una organización de clase para defender nuestros intereses.

Y esta Comisión, ¿tuvo buena acogida entre los trabajadores?

Fue apoteósica, porque el movimiento obrero ya existía. Lo que necesitaba era una entidad que estructurara y canalizara las demandas que se venían produciendo. Es cierto que existía el sindicato vertical, pero no nos representaba. Por tanto, cuando apareció esta Comisión, tuvo muy buena acogida.

Ha comentado que sufrió varias veces la represión franquista. ¿Llegó a pasar por la Dirección General de Seguridad de la dictadura?

Estuve detenido 22 veces. En algunos casos me soltaban a las pocas horas. Pero, en otros, permanecí apresado mucho más tiempo. Incluso, en dos ocasiones estuve 19 días incomunicado, torturado y maltratado, como la mayoría de la gente que pasaba por allí…

Además, fui procesado por propaganda ilegal. Me pedían seis meses de prisión, pero no entré en la cárcel porque era la primera vez que me encausaban. Sin embargo, el resto de las ocasiones sufrí reclusiones preventivas en Carabanchel, junto a Marcelino Camacho, Julián Ariza, Peinado… Es decir, con todos los dirigentes del movimiento obrero de la época.

¿Cómo calificaría usted la persecución franquista?

Se trataba de una represión criminal. Había un grupo de matones, encabezados por Saturnino Yagüe, director general de Seguridad, que solamente querían obtener los datos necesarios para desarticular el movimiento obrero. Y para conseguirlos, utilizaban la violencia.

Personalmente, tuve que aguantar torturas, pero no delaté a ningún compañero. Como consecuencia, sufrí mucha coacción. No obstante, me queda la satisfacción de que, al menos, nadie fue a la cárcel por mi culpa. Pero en manos de aquellos torturadores murieron muchas personas, debido a la crueldad de la que fueron víctimas…

Uno de estos represores fue Antonio González Pacheco, conocido como «Billy El Niño». ¿Usted lo llegó a conocer?

Desgraciadamente, sí. Se trataba del niño bonito de la Dirección General de Seguridad. Recuerdo que mientras me agredían los miembros de su destacamento, siempre aparecía él. Y lo hacía bajo el prisma del salvador. Pretendía que yo confiara en su persona y le diera los datos que deseaba. Pero como no era así, terminaba empleando la violencia conmigo. Este personaje era siniestro. Su grupo me torturó durante 19 días seguidos…

En su entorno más próximo, ¿cómo vivieron sus detenciones y persecuciones?

Con muchas dificultades, porque la única persona de izquierdas de mi familia era yo. Y no entendían mi dedicación a la política, sobre todo conociendo las consecuencias a las que me podía enfrentar. Consideraban que muchas veces les abandonaba por mi entrega política y sindical. Pero yo intentaba convencerles de que todo aquello lo hacía también por ellos y por el resto de trabajadores. Al final mi mujer lo entendió. Sufrió mucho por las visitas de la policía a mi casa de madrugada, por los cacheos…

Su compromiso, ¿de dónde le viene? ¿De su familia?

Mi padre no era un hombre político. Acabó en la cárcel por una denuncia en su contra interpuesta por una vecina. La demanda decía que había sido el abanderado de la República cuando este sistema era legal. Y como en la dictadura valía cualquier cosa, le llevaron a prisión.

De esta forma, cuando comencé mi actividad sindical tuve la oposición de mis progenitores. Me mostraban los riesgos que conllevaba esta decisión. Sobre todo, durante el franquismo. Ante esto, yo les respondía: «sé dónde estoy y sé lo que quiero. Por tanto, voy a ir a por ello».

Era consciente del peligro que corría. Me podían despedir del trabajo, detenerme, torturarme e, incluso, matarme… Pero era algo que tenía muy claro. Si no lo realizábamos nosotros, ¿quién lo iba a hacer? Antes se habían comprometido más personas. Y, después, lo harían otras. Mis padres no lo entendieron, pero seguí adelante.

¿Usted cree que el sistema parlamentario actual debería hacer más esfuerzos para recordar lo que supuso la dictadura y su represión?

¡Por supuesto! Hay muchas cosas que se podrían mejorar. No luché lo que luché ni arriesgué lo que arriesgué para conseguir la democracia que tenemos actualmente. Me impliqué para alcanzar algo más, porque –en definitiva– los trabajadores siguen estando explotados. No se ha logrado todo lo que se pretendía cuando yo me incorporé a la lucha obrera.

En cualquier caso, soy consciente de que ha habido dificultades. Durante la clandestinidad decía lo mismo. Y todavía hoy lo mantengo: «es muy complicado conseguir la democracia, pero es más difícil mantenerla». Tenemos al enemigo enfrente, que guerrea mucho, al igual que nosotros. Unos por una causa y, los otros, por otra…

Por Julito Martínez

Fuente: https://www.dclm.es/noticias/143271/evelio-sanchez-largo-la-represion-franquista-fue-criminal

RESTAURADO EL MEMORIAL DE GUADALAJARA.
Recolocadas las placas individuales de homenaje a las victimas del franquismo.
 
 


Guadalajara, 09/10/2022.- El monumento memorial dedicado a las víctimas de la dictadura franquista que fue inaugurado hace un año en el Cementerio Municipal de Guadalajara, ha sido restaurado, tras los desperfectos accidentales que había sufrido en meses pasados.

El monumento, que contiene los nombres de 977 víctimas mortales de la dictadura franquista inhumadas en diversos espacios del cementerio, sufría algunos daños desde el pasado mes de abril, por causas ajenas al ayuntamiento, y estaba en proceso de restauración.

El pasado 1 de noviembre, fecha en que tiene lugar un importante homenaje a las víctimas, pudo ser visitado por centenares de personas.

Miembros del Foro por la Memoria de Guadalajara hemos recolocado además, algunas placas de homenaje individual que familiares habían solicitado para ese espacio en los últimos años y que habían sido retiradas momentáneamente para no ser dañadas durante las obras. Placas individuales dedicadas a víctimas del franquismo han sido colocadas por familiares en varias zonas del cementerio desde la recuperación de la democracia en 1977. Las placas recolocadas por el Foro lo han sido a petición de sus familiares en el lugar donde fueron asesinados y enterrados sus seres queridos, tal y como está registrado en el libro de enterramientos municipal y tal y como les había sido autorizado. Tal es el caso de la placa dedicada al maestro de Illana Cesareo Valdés, fusilado el 13 de mayo de 1940, y que había sido colocada por su nieto, también maestro, y residente en Estados Unidos, acompañado de miembros del Foro y de su sindicato, UGT.
Han ayudado en la recolocación, José Morales, concejal de Unidas Podemos, Alfredo Vicente Ruano, portavoz de Podemos en Guadalajara (ambos socios del Foro por la Memoria) y Daniel Touset, Coordinador provincial de Izquierda Unida.

Fotos. Xulio García/Foro por la Memoria