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FOSAS COMUNES DEL FRANQUISMO

El bloqueo institucional de la memoria histórica: el caso de Timoteo Mendieta

La plataforma Fíltrala publica los documentos por los que el Ayuntamiento y el Juzgado de Instrucción Número 1 de Guadalajara esquivan la orden de la jueza Servini de exhumar la fosa en la que Timoteo Mendieta fue enterrado en 1939 tras ser ejecutado.

Julián Vadillo DIAGONAL. 03/02/15 · 8:00

Asunción Mendieta Ibarra tiene 89 años. El pasado año 2014 se trasladó junto a su hija, Ascensión Vargas Mendieta, hasta Argentina para testificar delante de la jueza María Servini. ¿La razón? Denunciar la muerte de su padre, Timoteo Mendieta Alcalá, acaecida el 16 de noviembre de 1939 en el Cementerio Municipal de Guadalajara.Timoteo fue fusilado ese día tras un proceso que se llevó contra él en Guadalajara el 11 de septiembre de 1939. ¿Su delito? Haber sido leal a la República y haber sido integrante de organizaciones sindicales.

La jueza María Servini no lo dudó. Amparándose en un exhorto (petición de diligencias entre juzgados) pidió la exhumación de los restos de Timoteo Mendieta Alcalá, que reposan en la Fosa número 2 del Cementerio de Guadalajara. Así lo cursó a las autoridades competentes de la zona. Y lo que parece que tendría que ser una razón de justicia universal, una petición tan simple como la devolución de un cadáver, no ha sido posible.

Una vez que la jueza Servini emite la orden de exhumación, la misma se hizo llegar al Juzgado Núm. 1 de Guadalajara. El juzgado la remitió a su vez al Ayuntamiento de la ciudad para que facilitara un informe sobre el lugar donde está enterrado Timoteo Mendieta.

El Ayuntamiento, en un informe de cuatro hojas, explica la ubicación de las fosas, el número de personas enterradas en la misma fosa que Timoteo, el precio de la inhumación, etc. Diagonal ha tenido acceso a este informe a través de Fíltrala,plataforma en la que participa junto a eldiario.es, La Marea y Mongolia. El informe hace referencia a un documento conservado en el Archivo Municipal con fecha del 17 de noviembre de 1939 en el que se detalla que Timoteo fue enterrado en el patio 4º y fosa número 2 del cementerio civil de la localidad, también publicado por Fíltrala..

El informe, fechado el 27 de junio de 2014 y remitido al Juzgado de Instrucción Número 1 de Guadalajara, explica que la fosa en la que fue enterrado Timoteo es una fosa común cuyo primer enterramiento data del 16 de noviembre de 1939 y el último el 9 de septiembre del mismo año. En la fosa se enterraron, según consta en el informe, 22 o 23 personas ejecutadas por el Juzgado Especial de Ejecuciones, según los distintos registros.

Fíltrala también ha publicado la resolución del juzgado en respuesta al informe del Ayuntamiento. En la providencia, fechada el 30 de octubre de 2014, el juzgado afirma que hizo una “inspección ocular” en el cementerio por la que concluye que la información remitida por el Ayuntamiento es incorrecta y que “no se sabe con exactitud donde puede estar la fosa”. Por ello decide “dejar sin efecto la ejecución de la exhumación del cadáver de D. Timoteo Mendieta Alcalá, debido a que la inspección ocular realizada, y de las manifestaciones efectuadas no queda acreditado fehacientemente que en la fosa nº 2 del patio 4 del Cementerio de Guadalajara, se encuentre el cuerpo sin vida de D. Timoteo Mendieta Alcalá, ya que no se puede determinar con exactitud en qué lugar puede estar situada la fosa y cuanto terreno abarca esta”.

La resolución ase puso en conocimiento de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina y de la propia jueza María Servini.

Las razones esgrimidas tanto por el Ayuntamiento como por el Juzgado de Guadalajara reducen una petición de defensa de los derechos humanos y de crímenes contra lesa humanidad a un asunto puramente administrativo. Según asegura a Diagonal Xulio García Bilbao, del Foro por la Memoria de Guadalajara, “la ubicación de la fosa es perfectamente correcta. Las razones que esgrimen Ayuntamiento y Juzgado son sólo una excusa para dejar sin efecto la petición”. “El mismo Ayuntamiento que dice ahora no saber la ubicación de Timoteo, autorizó en su día la colocación de una placa en su tumba. Es una contradicción”.

“El mismo Ayuntamiento que dice ahora no saber la ubicación de Timoteo, autorizó en su día la colocación de una placa en su tumba. Es una contradicción”

Un Ayuntamiento reincidente

Las organizaciones memorialistas, políticas y sindicales afirman que no es la primera vez que el Ayuntamiento de Guadalajara ha incurrido en polémicas relacionadas con la memoria histórica. Las organizaciones memorialistas, políticas y sindicales de la ciudad de Guadalajara llevan años trabajando para resarcir a las víctimas del franquismo y se han topado siempre con el “ninguneo de las autoridades municipales”, señalan.

Hace años que la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) de Guadalajara pidió un cambio en el callejero de la ciudad y de la provincia, pero el Ayuntamiento, lejos de hacerlo, ha seguido manteniendo un callejero repleto de militares golpistas. Tan solo la llamada Plaza de los Caídos por Dios y por España varió su nombre por la de Plaza de los Caídos, aduciendo el Ayuntamiento que así aglutinaba a todos los caídos de ambos bandos. Una decisión que generó la protesta tanto de la CNT local como de Izquierda Unida, que se sumó a la petición de variación de callejero.
Prueba del registro de la inhumación de Mendieta. | Filtrala

 

En el cementerio municipal existen dos espacios donde se ubican los restos de los fusilados. Una de esas partes fue rehabilitada por los familiares de las víctimas en los años 80 con sus propios fondos. Pero otra parte, una enorme fosa donde se ubican gran cantidad de estos cadáveres, ha sido uno de los caballos de batalla del Foro por la Memoria de Guadalajara. El Ayuntamiento ha desoído repetida veces las peticiones del Foro para adecuar la zona y darle reconocimiento a los fusilados. Por el contrario el Ayuntamiento emprendió medidas propias y colocó una placa que no dejó satisfecha a ninguna de la fuerzas sindicales, políticas y memorialista que reclaman el reconocimiento de las personas ejecutadas por la dictadura.

Guadalajara, una provincia azotada por la represión franquista

En el año 2010 Carlos Paramio Roca, Pedro Alberto García Bilbao y Xulio García Bilbao publicaron La represión franquista en Guadalajara. Desde ese momento esta obra se ha convertido en la referencia para valorar de una forma cuantitativa, pero también cualitativa, la dimensión de la represión en esta provincia. Este trabajo, pendiente de actualización, cifra la represión en 6.377 personas de las cuales 1.262 fueron ejecutadas (202 por causas de padecimiento en prisión). Los alcarreños represaliados por el nazismo también tienen cabida como represión franquista, pues fue la dictadura quien sentenció en realidad a aquellos militantes.

En las páginas de este libro encontramos la historia de Timoteo Mendieta Alcalá. De profesión carnicero y yesero, natural del alcarreño pueblo de Sacedón, Timoteo Mendieta fue presidente de la UGT en su localidad. En Sacedón sufrió los ataques de los sectores de derecha durante la República. Al finalizar la Guerra Civil, Timoteo fue detenido y trasladado a Guadalajara. Juzgado el 11 de septiembre de 1939, fue sentenciado a muerte. Fue fusilado el 16 de noviembre de 1939 en el Cementerio de Guadalajara.

Timoteo no es el único que está en la fosa que Servini pedía exhumar. Junto a él hay 21 personas más, de los cuales cinco son también de Sacedón. Son Eusebio Viñas Ibarra, teniente del Ejército Popular de la República, de profesión jornalero y afiliado también a la UGT; Tomás y Manuel Escamilla Rebollo, campesinos y afiliados a la JSU; Castor Mercado Molada, de profesión jornalero; Valentín Alcantarilla Mercado, también jornalero; Ciriaco Écija Buendía, de profesión labrador y militante del PCE y de la UGT; y Ángel Ardiz Gil.

Junto a estos sacedonenses también están en esa fosa el jornalero Sabas López Tomico, Antonio Sierra Olivo, Juan Martínez Vivar, Pedro Parra Toledo, Fidel Serrano Mayor, Isidoro Lozano Moreda, Isidro Expósito Delgado, Feliciado Fernández Manzanares, Tomás Vicente Lorente, Ricardo Martínez López, José Rodríguez García, Jesús Barriopedro Santamaría, Julio Verges Garcia y Martina García Alcalde. Todos ellos jornaleros, integrantes de las organizaciones del Frente Popular y fusilados entre el 16 de noviembre de 1939 y el 9 de marzo de 1940. La fosa común número 2 del cementerio dejó de utilizarse el 9 de septiembre de 1940.

La lectura que se extrae de este caso y de los acompañantes de Timoteo en la fosa es que en su mayoría eran trabajadores del campo. En el caso de Martina la profesión que se marca es “sus labores”, un genérico para los represores franquistas con el que se ocultaba su verdadero trabajo y su vinculación al movimiento obrero. Todos ellos fueron fusilados por pertenencia a organizaciones del Frente Popular en ese genérico eufemístico de “auxilio o exaltación a la rebelión”. Los rebeldes juzgando por “rebeldía” a los defensores de la legalidad.

Asunción Mendieta ha pedido verdad, justicia y reparación para Timoteo Mendieta Alcalá. Una reivindicación que se tiene que hacer extensible a todos los represalidados. El Ayuntamiento y el Juzgado de Guadalajara niega ese derecho universal contemplado en la Declaración Universal de Derecho Humanos. Las víctimas del franquismo siguen olvidadas en la fosas y las cunetas.

 

Ante las declaraciones del portavoz adjunto del PP contra la República

Rafa hernando PPEl PP, el franquismo y el discurso del maltratador.

Pedro A. García Bilbao
Presidente del Foro por la memoria de Guadalajara

Es igual que el discurso del maltratador, del miserable que ha torturado y golpeado a su esposa hasta matarla delante de sus hijos e impuesto durante años el silencio y la desmemoria, para tiempo después, cuando alguien pretende recordar a la víctima, bramar y vomitar todo su odio cuando se pretende recordarla. La verdad no importa, no importa que ella quisiera sencillamente cambiar las cosas, vivir su propia vida y procurar un futuro mejor para sus hijos. Al maltratador impune, la verdad no le interesa. Hemos asistido ya muchas veces a este tipo de reacción pública, mitad autojustificación, mitad ataque: el maltratador actuó hasta matar por culpa de la víctima, porque era una mala mujer y él, que tanto la quería, tuvo que matarla a golpes. Y claro, ahora no le gusta nada que un nieto quiera recordar a la muerta o incluso ponerla como ejemplo. Les molesta a todos los maltratadores y a sus herederos que se les recuerde el pasado, y no digamos ya que se le suelte en su cara que su presente de paz y tranquilidad se basa en un crimen espantoso y en la mentira y la calumnia a sus víctimas. Pero hay una segunda parte que no se debe olvidar, el maltratador al que se le fuerza a enfrentarse a su crimen, no sólo se molesta, también se revuelve y amenaza con volver a hacerlo si se le obliga. El maltrato es un crimen que no prescribe, es continuado y siempre mantiene en alto la amenaza si permanece impune. Les molesta, sí, mucho, que se les obligue a encarar su pasado.

Muy parecida ha sido la reacción de Rafael Hernando, portavoz adjunto del PP, en el transcurso de la polémica de estos días, levantada por los excesos de nostalgia franquista de destacados miembros de ese partido y su organización juvenil. El vomito de odio y desprecio con el que el sr. portavoz adjunto ha pretendido zanjar las cosas y reprender públicamente a unos y otros, ha sobrepasado esta vez su propia marca de barbaridades. Ha responsabilizado a la IIª República del horror del golpe, la guerra y la dictadura posterior, la República «culpable del millón de muertos» y de «la mayor tragedia de nuestra historia»; ha pedido que el PSOE expulse a los militantes que usen la bandera republicana y,se ha extendido en unas curiosas interpretaciones sobre el sacrificio aliado en Normandia para detener a «Hitler y a Stalin», olvidando que los republicanos españoles entregaron sus vidas contra el fascismo en todos los frentes y que nuestra bandera nacional, la tricolor, ondeó el día de la Liberación en París, mientras la bandera franquista unida al uniforme de los verdugos combatía voluntariamente en una monstruosa guerra de agresión. Hernando olvida muchas cosas ciertamente, como por ejemplo que su ciudad natal fue bombardeada 22 veces por unidades de la Luftwaffe bajo mando franquista

Entre la notoria cantidad de estupideces que ha soltado el sr. Hernando, sorprenden los juicios que emite sobre la bandera republicana y sus comparaciones con la actualmente vigente. Estamos ante un caso de ignorancia trufada de odio ciego. Es preciso ser un perfecto ignorante —algo grave siendo diputado— para no reconocer la bandera republicana como constitucional. La Tricolor es una bandera constitucional, no está vigente, cierto, pero representa esos valores. A diferencia de la bandera bicolor que nació para diferenciar las propiedades de la familia Borbón en el Mediterráneo, la bandera Tricolor representa nuestra tradición de lucha por las libertades frente al despotismo real y como tal fue adoptada libremente por nuestro pueblo un día de Abril de 1931 en el que brilló la ilusión y esperanza. La discusión planteada por Hernando es absurda. La actualmente vigente y la Tricolor son constitucionales, una oficial y la otra no, tan sencillo como eso, aunque para alguien capaz de disculpar una dictadura cimentada en un genocidio y en el expolio de sus victimas, estos detalles no deben tener mucha importancia.

Los militantes de Nuevas Generaciones que en estos días se han hecho fotos con banderas franquistas, haciendo el saludo fascista o mostrado su apoyo al levantamiento faccioso de 1936, parecen inquietar a Rafael Hernando. El motivo parece claro, esas muestras explícitas de apego a la dictadura, resultan «inconvenientes», pues muestran a las claras el verdadero entorno y los referentes morales del Partido Popular.

El Partido Popular es «postfranquista», considera que esa «historia» es algo pasado, del remoto pasado y que no debe ser recordado; olvido y silencio sí, pero condena nunca. Para el PP, el golpe y la dictadura fueron necesarios, dolorosos pero necesarios, como pretende el maltatador que lo son los golpes a su víctima, y los cientos de miles de muertos, presos, deportados, torturados y asesinados, el precio que hubo que pagar para lograr vencer a la «República» y merced a ello, alcanzar la extraordinaria placidez de la que habló Mayor Oreja y poner así las bases de nuestra flamante democracia actual. El discurso del maltratador. «Tuvimos que matarla, no nos obligues a hablar de ello». En este discurso no hay lugar ni para la memoria ni para la verdad, al fín y al cabo, el expolio de las víctimas todavía sigue y está en la base de la situación de privilegio y abuso que las políticas del gobierno Rajoy pretenden afianzar para siempre.

El Partido Popular nació del fango franquista, de la necesidad de cambiarlo todo para que nada cambiase en la transición miserable basada en la impunidad del franquismo. En los años de la primera transición, en ciudades como Guadalajara —un ejemplo como tantos otros—, de la que es oriundo el sr. portavoz adjunto del PP, del magma de Falange y de Fuerza Nueva salieron numerosos cuadros jóvenes, hijos de «distinguidas» familias que encontraron mejor acomodo y un futuro político de éxito en las filas de Alianza Popular, aunque las envidias y resentimientos entre las facciones de la extrema derecha local camuflada bajo las siglas de Alianza Popular obligase a alguno de aquellos señoritos a desarrollar su carrera política en otras provincias. Hoy les molesta que les recuerden la basura de la que proceden y ladran su odio hacia la memoria de la República que no solo se resiste a desaparecer sino que se perfila en el horizonte como la esperanza que necesita nuestro pueblo para ganar el futuro.

¿Cómo hemos podido llegar a esta situación?

Es difícil de comprender, pero debemos hacernos a la idea del hecho de que el franquismo sigue siendo legal, legales sus tribunales y sentencias, impunes sus crimenes y que los señoritos fascistas del PP pueden darnos a todos lecciones de democracia porque ellos son los herederos de la finca. Esa es la cruda realidad. Una realidad en la que el sr. alcalde de Guadalajara, del PP, por supuesto, se niega a autorizar una placa que recoja los mil doscientos nombres de personas asesinadas por la dictadura entre 1939 y 1944, en la fosa común del cementerio de la capital. Mala conciencia, odio y nulos valores democráticos definen las políticas públicas del PP hacia las víctimas del terrorismo franquista. Pero por muy despreciable que sea esta conducta del PP, ¿qué podriamos decir de los que se lo han consentido desde la izquierda todos estos años y han sido sus cómplices?

Se trata, a fin de cuentas, del problema de la impunidad del franquismo. Por ella, Hernando se permite decir lo que dice, el alcalde de Baralla justificar los cientos de miles de asesinatos o Mayor Oreja, la placidez de aquellos años. Si lo logran es por la complicidad del PSOE y de cuantos votaron a favor de la Ley de Memoria que no cuestionaba la legalidad franquista. Declaraciones como las de Rafael Hernando demuestran el fracaso de la reinserción de franquistas en el sistema democrático.
Hay una conexión directa entre todo este horror que Hernando pretende ocultar y las medidas de gobierno que se aplican cada día, condenando a la miseria a millones de personas y arruinando el futuro del país. Hay odio y desprecio, darwinismo social y un clasismo atroz en las acciones del gobierno del PP. Sabemos cual es su origen. Y para vencerles habrá que sacar la basura de una vez y declarar ilegal el franquismo y anular la Ley de Amnistía y situar a todos estos defensores de los crimenes de la dictadura ante la justicia.

http://memoriaguadalajara.es

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Una Comisión por la verdad es inútil mientras se mantenga la Impunidad franquista

EXiGIR QUE SE FORME EN LAS CORTES UNA COMISIÓN POR LA VERDAD SIN DENUNCIAR QUE LA IMPUNIDAD FRANQUISTA SE MANTIENE, PUEDE CONVERTIRSE EN UNA INFAMIA MÁS A LAS VÍCTIMAS…
Pedro A. García Bilbao
[Foro por la memoria de Guadalajara. FPMGU 28 de junio de 2013]
Ante la estéril campaña lanzada por los partidarios de una comisión por la verdad en las Cortes españolas, nos vemos en la obligación moral de recordar la cruda realidad:  «el franquismo sigue siendo legal y nadie en las Cortes está dispuesto a denunciarlo».
Consideramos que es  una iniciativa absurda, condenada al fracaso y que oculta la realidad del mantenimiento de la legalidad franquista, la impunidad de sus crímenes y el silencio cómplice de la mayoría parlamentaria. Quienes estamos en contra de la impunidad del franquismo lo que exigimos es el fin de su consideración como régimen legal, origen del mantenimiento a día de hoy de la legalidad de los tribunales y sentencias de la dictadura que siguen infamando a sus víctimas.
Es un verdadero despropósito esta iniciativa; los crímenes son conocidos, los verdugos también, la verdad histórica de lo ocurrido no se desconoce, lo que se desprecia cada día y se oculta es el origen golpista del régimen franquista y el sistema de impunidad sobre el que se basa la actual Monarquía.
De aprobarse la comisión demandada hoy, nos encontraríamos con un órgano parlamentario dominado por los que legitiman el régimen franquista y se niegan a considerar como crímenes sus asesinatos y torturas. Una comisión en las actuales cortes sólo sería capaz de establecer una “verdad” hagiográfica equivalente a la que ha ofrecido la Real Academia de la Historia en su reciente diccionario Biográfico. Sólo traería más desprecio a las víctimas y más apología del golpismo y de la dictadura. Comprar esa “verdad” a cambio de renuncia a la justicia es un despropósito.
Ante las contradicciones que existen ante este conflicto, la solución pasa por poner a todos los grupos parlamentarios ante su responsabilidad histórica y se les debe exigir lo siguiente:
1º Declaración de ilegalidad del régimen franquista.
2º Anulación inmediata de todas sus leyes y decisiones pseudolegales que aplastaron los derechos humanos y las libertades.
3º Anulación o inaplicación de la Ley de Amnistia de 1977
4º Anulación de la Ley de Sucesión de Jefatura del estado
Es preciso dirigirse públicamente a todos los grupos parlamentarios y emplazarles a que incluyan estas propuestas como algo explícito y priroritario de su actuación política, parlamentaria y electoral. Iniciativas como la Comisión de la Verdad demandada no son sino acciones cosméticas que no abordan el problema. La Verdad, la Justicia y la Reparación son imposibles mientras persista la impunidad.
Si se trata de luchar contra la impunidad se debe hablar claro y exigir actuaciones claro. Es preciso decir bien alto que la autoproclamada Plataforma por la Comisión de la Verdad está incurriendo en acciones dilatorias que crean falsas ilusiones y no conducen a nada. No se debe cambiar Verdad por Justicia. No vamos a hacerlo.
El Foro por la Memoria de Guadalajara, miembro de la Federación Estatal de Foros por la Memoria llama a todas las organizaciones sinceramente implicadas en la lucha contra la impunidad franquista y les conmina a apoyar las acciones de la COORDINADORA CONTRA LA IMPUNIDAD DEL FRANQUISMO, en la que ya se suman numerosos colectivos de los que consideran que llegó la hora de hablar claro, para actuar todos juntos contra la verdadera causa de la actual situación de las víctimas del franquismo: el franquismo sigue siendo legal.
En Guadalajara, a 28 de junio de 2013

https://memoriaguadalajara.wordpress.com/2013/06/28/piden-comision-por-la-verdad-en-las-cortes-sin-denunciar-el-mantenimiento-de-la-legalidad-franquista/

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El Foro por la memoria de Guadalajara, como los Foros de la Federación, no constituye, no es, ni pretende ser un partido político. Es una organización política, antifascista y democrática, que participa de la República y los valores que la sustentan que se reconoce en todos aquellos que defendieron sus ideales de libertad y justicia social bajo sus banderas. Nuestro ámbito es la memoria de los que lucharon y su defensa hoy, de forma que las luchas actuales se puedan basar en la fortaleza moral y en el ejemplo de los que nos precedieron. Esa es la tarea del Foro, eso es lo que se recoge en nuestro ideario. Somos una organización de Frente Popular, abierta por tanto a cuantos saben unirse en una lucha común.

Cada uno de nosotros tiene o no otras militancias, pero el Foro está más vivo que nunca, se extiende y se fortalece, porque cuando tomas conciencia ante una fosa donde yacen nuestros camaradas, se forja en los corazones una voluntad de lucha y unidad, de lo que es prioritario y de lo que no, que resulta imbatible.

No confundamos pues lo que es el Foro y lo que no. No somos un partido, no somos un sindicato, no somos una ONG, somos un FRENTE DE LUCHA, camaradas, de una batalla que debe librarse y que algunos, que mucho presumen, abandonaron o nunca defendieron. Como Foro no es que podamos, es que debemos ser una organización activa, un sujeto activo, un comisario decidido y tenaz que ayude en las luchas actuales. Que ayude a tomar conciencia de clase, a darle un sentido revolucionario, antifascista y republicano a todas las luchas de nuestra clase, y que ayude a resistir y vencer a las agresiones brutales que el capitalismo y este estado miserable de la monarquía heredera de Franco, nos imponen. Memoria para resistir, memoria para vencer, memoria para saber quienes somos y porqué luchamos, memoria para saber distinguir a nuestros enemigos, memoria para guiar la lucha de los jóvenes y ganar el futuro, memoria para que nadie nos robe la victoria del pueblo y de los trabajadores, memoria para construir la REPÜBLICA del pueblo….

El Foro por la memoria es un soldado más en este combate, en este ejército popular de trabajadores, estudiantes, campesinos, parados, ciudadanos, hombres, mujeres y niños que cada día sufren y anhelan la unidad que necesitamos para vencer.

Participaremos en cuanta iniciativa ciudadana, política o sindical se plantee y sea precisa… Que no se engañe nadie por tanto: Sabemos cual es nuestra obligación. La unidad la construimos luchando juntos y aportando lo que cada uno puede y sabe mejor.

Pedro A. García Bilbao
Presidente del Foro por la Memoria de Guadalajara

Recuperamos éste articulo de 2008, que por desgracia, sigue teniendo actualidad.

Xulio García Bilbao (Foro por la Memoria de Guadalajara, 26/10/2008)

Don Ángel Jiménez (2008)

Desde los últimas semanas, en el Foro por la Memoria de Guadalajara estamos, me imagino que como en todas las asociaciones de memoria democrática, literalmente abrumados por las peticiones de ayuda, sobretodo desde el comienzo de las diligencias de Garzón.

 El otro día me llama un señor y me dice algo parecido a lo siguiente: “es que he oído hablar de esto de la Memoria Histórica, y me enterado que mi abuelo era carabinero. Es para saber si puedo sacar algo“. Por supuesto, le dí referencia de la base de datos del Archivo de la Memoria Histórica, donde le indiqué que podría hallar algún dato. Cuando le pregunté los apellidos de su abuelo, me dijo que “no sé el segundo apellido“. Tras oír esto me di cuenta de que es la típica persona que no tiene ni idea de quien era su abuelo, ni mucho menos de aquello por lo que murió, pero que ahora de repente, se ha despertado en él un “súbito interés” por él, quizás al oír hablar de dinero. Allá cada uno. Lo siento pero tuve esa sensación. 

Entonces le dije que nosotros somos una asociación de memoria histórica democrática, y que para pedir ayudas estaba la administración, que por supuesto tenía derecho a ello y le facilité algunos contactos para hacerlo si deseaba. Que nosotros no somos exactamente una asociación de familiares, aunque entre nosotros haya familiares, que nosotros luchamos también por la justicia y los derechos humanos y por honrar aquello por lo que lucharon. No estoy seguro de que este familiar entendiera lo que le dije. Quería haberle hablado de que la 65 Brigada Mixta del IV Cuerpo de Ejercito Republicano estaba compuesta por carabineros, que tuvo un papel heroico en la batalla de Guadalajara, que unos 20 carabineros fueron fusilados en Brihuega por los fascistas durante la ocupación italiana, y muchas más cosas, pero nada de eso le interesó. No le culpo. 

Está bien dar respuesta humanitaria a los familiares, pero no podemos quedarnos en eso. El “miabuelismo” aleja a muchos de entender que las víctimas del terror franquista, murieron por defender unos ideales.

Este caso es por supuesto una excepción, porque afortunadamente la totalidad de personas lo que quieren es honrar a sus familiares asesinados.

Acabo de venir de casa de uno de ellos. Se trata de un señor de 81 años, don Ángel Jiménez Loriente, hijo de Wenceslao Jiménez, un concejal socialista fusilado, natural de Mondéjar (Guadalajara). Su madre, Carmen Loriente, también sufrió represión y fue condenada a 30 años. Después de la cárcel fue desterrada a Zaragoza.

 Don Ángel ha gastado casi hasta el último céntimo que tiene en intentar cumplir la promesa que le hizo a su padre en la cárcel de Guadalajara, la víspera de su fusilamiento: “Defiende el buen nombre de la familia“, le dijo. Don Ángel tenía 11 años.

 La colección de cartas, peticiones oficiales, oficios judiciales y otros, que don Ángel ha usado para intentar cumplir la promesa hecha a su padre, alcanza la cifra de 116 documentos, que don Ángel, ya cansado, ha donado al Foro por la Memoria de Guadalajara, y al Archivo Histórico Provincial. Hay cartas al rey, a Aznar, a todos los ministerios y archivos imaginables desde el año 82 aproximadamente, cuando este gran luchador comenzó su solitaria cruzada.

 Como éxito a todos sus requerimientos, lo único que ha conseguido es una respuesta del Ministerio de Justicia, donde ante la petición de la ANULACION de las sentencias de sus padres, le dicen, que “sus delitos ya han sido amnistiados por la Ley 46/1977“, es decir la Ley de Amnistía del 77. Esto fue hace unos diez años. La Constitución derogó las leyes franquistas, pero no es lo mismo DEROGAR que ANULAR. Para las leyes actuales, los padres de don Ángel fueron culpables y los tribunales que les juzgaron, legales. Pero en el 77 “se les perdonó“. La verdad es que no hacia falta, pues la Comisión liquidadora de Responsabilidades Políticas, esa que dirigía en 1947 el ex ministro monárquico Eduardo Aunós, ya les habia “perdonado”. La ley de Amnistía del 77 hizo lo mismo, lo mismito que Franco en el 47.

También ha escrito don Ángel a la Asociación de Derechos Humanos, y al Ministerio de Exteriores, pidiendo que el asesinato de su padre sea considerado “crimen de lesa humanidad” (sin respuesta).

Finalmente, intentando demostrar la ilegitimidad del Tribunal que condenó a su padre, escribió en 1994 al entonces ministro de Defensa, García Vargas, y luego a su sucesor Suárez Pertierra, pidiendo información sobre los conocimientos jurídicos de los miembros del tribunal que juzgó a su padre, intentando demostrar que los jueces no eran tales y no estaban capacitados ni legitimados para juzgar o condenar a nadie. Ante todo esto lo que obtuvo es una carta del Ministerio de Defensa, indicándole que “los componentes de los tribunales que dictaron la sentencia, eran militares“. También pidió que se modificara la acusación de “adhesión a la rebelión” diciendo que su padre no se rebeló contra nadie, sino todo lo contrario. Los que se rebelaron fueron los golpistas que le mataron. Todo ello para intentar conseguir la nulidad de la sentencia. Ha intentando dar respuesta a todas y cada una de las falsas acusaciones (once) que aparecen en la sentencia de su padre, sin conseguirlo. Está agotado y totalmente arruinado.

El padre de don Ángel, Wenceslao Jiménez, concejal socialista de Mondéjar, unos días antes de ser fusilado en las tapias del cementerio de Guadalajara, el 07/08/1940, con otros ¡42 compañeros!, decidió cortarse el pelo, para “estar presentable ante la muerte“. El peluquero de la cárcel, también preso, de nombre Eusebio Ambite, natural de Hontoba (Guadalajara), se quedó tan impresionado por su entereza, que cuando salió de la cárcel en los años 40, fue a visitar a don Ángel, y le devolvió los treinta céntimos que su padre le había pagado por cortarle el pelo aquel día. Los tenía guardados desde entonces. Hoy don Ángel me enseñó esas tres monedas. Es casi lo único que le queda. Espero que algún día pueda cumplir la promesa que hizo a su padre y veamos verdad, dignidad y justicia para todas las víctimas del franquismo.

 

Xulio García Bilbao

Foro por la Memoria de Guadalajara (2008)

Nota:  Le hemos cambiado el título original, “los tres céntimos de don Ángel” aunque como el propio protagonista nos corrigió luego, las tres monedas eran de 10 céntimos, por tanto, fueron 30 céntimos.