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Entrada de las tropas del bando sublevado en Cogolludo, 1937. En el pie de foto se lee: «El Gral. Moscardó en la Plaza de Cogolludo»//Imagen: Biblioteca Digital Hispánica GC-CAJA/054/04.

Once de ellos se instalaron en la provincia y cuatro en la capital. Se trataba de centros de clasificación temporales en los que los prisioneros padecieron un trato infrahumano

Publicado por: Ana María Ruiz 10/06/2023 El Decano de Guadalajara
A finales de marzo de 1939 se produjo la ocupación militar de Guadalajara por parte de las tropas franquistas. Desde el minuto cero, miles de prisioneros de guerra fueron capturados y encerrados en campos de concentración, donde sufrieron terribles situaciones de hambre, hacinamiento, torturas y muerte. En toda España, se crearon cerca de 300 campos por los que pasaron entre 700.000 y un millón de españoles. 


La provincia albergó quince de ellos, en los que permanecieron cerca de 19.000 prisioneros republicanos. Xulio García Bilbao, portavoz Foro por la Memoria de Guadalajara, puntualiza que, en el caso de Guadalajara, la mayor parte fueron efímeros y cerrados tras los primeros meses de uso. Eran lugares donde se concentraba a los presos para su clasificación y posterior envío a cárceles, batallones militares o batallones de trabajos forzados. Algunos de ellos, los menos, fueron puestos en libertad. 


En concreto, los campos de concentración de la provincia se localizaron en Sigüenza, Espinosa de Henares, Villanueva de Argecilla, Armuña de Tajuña, Ruguilla, Gárgoles de Arriba, Maranchón y Miralrío, que se subdividió en otros cuatro campos en Cogolludo, Casas de San Galindo, Padilla de Hita y Jadraque. Cabe destacar que éste último, llamado la ‘Casa del Guarda’, fue objeto en 2022 de un proyecto de investigación por parte del CSIC, dirigido por Alfredo Ruibal, cuyo equipo lleva más de una década desarrollando estudios arqueológicos de espacios relacionados con la Guerra Civil española. 


Según los datos que refleja el libro ‘Los campos de concentración del franquismo’, del periodista Carlos Hernández, por los centros instalados en Guadalajara pasaron alrededor de 12.000 miembros del ejército republicano, además de otras personas relacionadas de una u otra manera con la ideología de la República.


A éstos 12.000 habría que sumar los 7.000 que albergaron los cuatro campos de concentración y clasificación que se crearon en la capital. Concretamente, en el antiguo Convento de las Monjas Bernardas -en el espacio que hoy ocupa la Escuela de Arte-, en la Plaza de Toros, en la fábrica de la Hispano Suiza y en el llamado Polígono, muy cerca del barrio de Los Manantiales.


Según explica Xulio García, una vez realizada la ocupación militar, el ejército franquista se encontró con miles prisioneros que debía de clasificar. Para ello, se creó la Comisión Central de Campos de Concentración que estableció una serie de normas que debían aplicarse en dicha clasificación. Se adjudicaba a cada preso una letra (A, B, C y D) según fuese su ‘peligrosidad’ para el incipiente nuevo régimen. “Cuando cae el frente republicano en 1939 y se rinden los soldados, el ejército franquista se encontró con miles de prisioneros en muchísimos lugares donde cayeron los frentes en la provincia”, señala. 

Campo de concentración del convento de San Bernardo//Imagen: Archivo Municipal Guadalajara. Cedida por Xulio García

Carlos Hernández relata en su libro cómo las comisiones clasificatorias eran las que determinaban el destino de los internados. “Se investigaba a cada uno de los prisioneros, principalmente mediante informes de alcaldes, curas y de los jefes de la Guardia Civil y la Falange de las localidades natales”.

Los declarados ‘afectos’ (A) eran puestos en libertad; los ‘desafectos leves’ y sin responsabilidades políticas (B) eran enviados a los batallones de trabajadores; los desafectos ‘graves’ (C) eran enviados a consejos de guerra para ser condenados a muerte o a largas penas de prisión.Según consta en la documentación del Archivo General Militar de Ávila, en esta lista ‘negra’, a las que ha podido acceder El Decano de Guadalajara, se incluía a los altos cargos y comisarios del ejército republicano.  Los clasificados como delincuentes comunes (D) eran enviados también a la cárcel o permanecían en los campos permanentes. 

 Las mujeres civiles que fueron capturadas en un primer grupo fueron encerradas durante 48 horas en la iglesia de San Ginés. A través del testimonio de Aurora Arnaiz, una presa que dio a luz allí y perdió el bebé, autora de un libro sobre mujeres republicanas apresadas, conforme se iban haciendo más prisioneras y dado el hacinamiento, eran trasladadas a uno de los cuatro patios de la Prisión Central (hoy Prisión Provincial en desuso), donde permanecían un tiempo. Allí, Tomasa Cuevas, otra presa que relató estos hechos en uno de sus tres libros sobre la represión franquista, fue testigo de las torturas a las que eran sometidos los hombres presos, a los que desde el patio oían proferir gritos desgarradores. Cuando se empezó a detener y traer a más mujeres y el número fue excesivo, las llevaron al Colegio Sagrado Corazón, donde asegura que las mataban de sed y vivían en condiciones terribles. Todas ellas fueron clasificadas y enviadas a  distintas prisiones de España y a la Prisión Militar de la calle Ángel Martín Puebla, posteriormente reconvertida en la Cárcel de Mujeres. Según la información proporcionada por Xulio García, más de 600 mujeres fueron apresadas y condenadas en Guadalajara.

Condiciones infrahumanas

Cabe destacar que los campos de concentración, dada su temporalidad y lo rápido de su creación, no contaban con las mínimas condiciones de vida. “A pesar de su carácter provisional, uno podría llegar a pensar que fueron menos duros para los prisioneros, pero no es verdad. El problema está en que la imagen que tenemos normalmente de un campo de concentración es la que nos ha llegado a través del cine y de los campos de exterminio nazis y, cualquier otro campo que tenga otra característica, parece que es un campo humanitario o un lugar de vacaciones y no es verdad”, afirma García. 

Las condiciones eran durísimas. Los detenidos, incluidos los heridos y los enfermos, se hacinaban en unas instalaciones que no estaban habilitadas para albergar a cientos de personas: “Deliberadamente o no y, debido a la masificación, la alimentación no era buena, no tenían ropa ni abrigo y la higiene era nula. La situación era terrorífica”, apunta Xulio García, quien añade que estos lugares no reunían las condiciones establecidas en los acuerdos de la Convención de Ginebra que España firmó en 1929. En ella se señalaba que el ejército tenía la obligación de cuidar y dar un tratamiento humanitario a los prisioneros bajo su custodia: “Según Ginebra, en aquellos campos ya se estaban cometiendo crímenes de guerra”, denuncia.


Afortunadamente, los campos de concentración de la capital cerraron su actividad el 25 de abril de 1939, cuando todos sus ocupantes habían sido clasificados y evacuados. Su destino: la condena a muerte, la prisión, los trabajos en las industrias militares del Régimen (Destacamentos penales, colonias penitenciarias militarizadas y talleres penitenciarios.)  o los llamados Batallones de Trabajadores, divididos en Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores, Batallones Disciplinarios de Trabajadores y Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores Penados.


Con respecto a los campos de la provincia, o bien desaparecieron directamente o se reconvirtieron en sedes de estos Batallones de Trabajadores Penados, como el de Jadraque, cuyos prisioneros se encargaron de la construcción del embalse de Pálmaces, o el de Sigüenza, dedicado a la reconstrucción de la Catedral. 

Según el portavoz del Foro por la Memoria, todo este despliegue “significa que el incipiente gobierno franquista gastó una cantidad ingente de recursos y de dinero únicamente para castigar y extender el castigo a estas personas. Consideramos que es importante y que hay que recordarlo”. 

Prisioneros de un Batallón de Trabajo en Sigüenza, en 1942//Imagen: laplazuela.net

Una moción de dignificación


En este sentido, el grupo municipal de Unidas Podemos en el Ayuntamiento de Guadalajara, presentó una moción ante el pleno celebrado el 29 de noviembre de 2019 con el objetivo de dignificar y rendir memoria y homenaje a las miles de personas de la provincia y de otros puntos de España que fueron prisioneros en los campos de concentración. 

En ella, se pedía instar a la Junta de Comunidades a instalar una placa dentro de la Escuela de Arte y habilitar un espacio de memoria en la Plaza Ceuta y Melilla “que recuerde que fue utilizado como campo de concentración franquista en el año 1939”. Asimismo, se proponía buscar fórmulas para que los alumnos de dicha Escuela pudieran participar en el proceso de creación de ese espacio con algún tipo de expresión artística. 

La moción fue rechazada con los votos desfavorables del Partido Popular, Vox y Ciudadanos, quienes consideraban, según consta en acta, que este hecho supondría reabrir viejas heridas, dividir a la sociedad y promover la confrontación. 


Lamentablemente, a día de hoy, los lugares que albergaron campos de concentración en la provincia continúan sin tener ningún signo físico de reconocimiento a los miles de hombres y mujeres que allí sufrieron lo indecible por luchar en defensa de sus ideales y que, guste o no, forman parte de la historia de este país y de esta provincia. Tanto como los del bando ganador.

Sello oficial del organismo que controlaba los campos//Imagen: Twitter Carlos Hernández, de su libro ‘Los campos de concentración del franquismo’.

Fuente:

https://eldecanodeguadalajara.com/index.php/news/2973/los-campos-de-concentraci%C3%B3n-franquistas-de-guadalajara-albergaron-a-cerca-de-19-000-presos-republicanos/?fbclid=IwAR0Y4aG-66xP6v7ccN3BTPd7oOSOaPvJT8yvmoa9ZGXAML1XkFq8QquKaFQ

157 asesinatos investigados por la Justicia

Según el Foro por la Memoria de Guadalajara, serían milicianos hechos prisioneros en 1936 tras la Batalla de Sigüenza.

Por Gloria Magro. El Hexágono de Guadalajara.

La policía judicial investiga el hallazgo de cuerpos en el cementerio de Las Casas (Sorias); Foto: FMGU

El escenario del crimen es rápidamente acordonado por la policía judicial. A la espera del juez a cargo de la investigación, los agentes impiden la labor de los fotógrafos y mantienen a distancia prudencial a los familiares de las víctimas y a los investigadores que han hecho el descubrimiento. A sus pies, la fosa del cementerio de Las Casas, en Soria, donde han aparecido los restos revueltos de lo que podrían ser en total en todo el recinto más de un centenar de personas asesinadas, muchas de las cuales, según el Foro por la Memoria de Guadalajara, serían milicianos hechos prisioneros en 1936 tras la Batalla de Sigüenza.

Soria asiste estos días fascinada al último episodio de la Guerra Civil, que se escribe en un cementerio de su capital. Los periódicos publican día a día las últimas novedades de un caso histórico que desvela uno de los episodios más dramáticos sucedidos en los primeros meses de la contienda y del que los historiadores tenían constancia aunque la fosa no hubiera sido aún localizada. En la cata anterior, el pasado otoño, ahora saben que se quedaron a escasos centímetros de acertar. Los primeros siete cuerpos han aparecido justo ante la puerta principal del recinto y se cree que hay muchos más, tanto dentro como extramuros.

Más de ochenta y seis años después de aquellos sucesos y a diferencia de lo que ocurre en otros lugares, en esta ocasión el paisaje dantesco de huesos y balas de procedencia alemana localizado en Las Casas no está siendo tratado como mera arqueología forense sino como el escenario de un crimen, de un crimen a gran escala. Los juzgados de Soria han procedido con diligencia en la excavación realizada por los investigadores de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y la asociación soriana Memoria y Dignidad. Los familiares de algunas de las víctimas, allí presentes, confían en que las pruebas de ADN confirmen el final de una búsqueda que ha durado décadas de dolor e incertidumbre.

Maribel Dorado Marín ha ido en varias ocasiones a Soria, estuvo presente en la excavación del pasado otoño y también ha querido presenciar ésta. Busca a sus tíos, desparecidos en Sigüenza tras la toma de la catedral. El rastro de ambos se pierde entre los cientos de milicianos prisioneros trasladados en tren al convento soriano de Santa Clara, reconvertido por aquel entonces en prisión del ejército sublevado. «Todos los que están aquí enterrados merecen estar con sus familias», afirma emocionada después de haber presenciado la aparición de los primeros restos óseos y de haber visto las huellas claras de disparos en los cráneos que surgen de entre el barro. Esa imagen ha recorrido todos los medios de comunicación nacionales e internacionales estos días.

Los investigadores creen que en ese recinto yacen vecinos de los pueblos de alrededor, represaliados en los meses iniciales de la guerra, y también prisioneros provenientes de Guadalajara. El juzgado de Soria ha solicitado al Foro por la Memoria de Guadalajara que proporcione las listas de presos que localizaron en 2011 en archivos militares. Se trata de dos listados con nombres, apellidos y filiación que da cuenta de los milicianos capturados en Sigüenza por el ejército sublevado. El primero de ellos, fechado el 16 de octubre de 1936, tras la toma de la catedral, con los datos de 490 hombres, 47 mujeres y 54 niños, y el segundo, procedente de la prisión de Soria, a donde fueron trasladados, fechado en enero de 1937. Entre un lista y otra, la diferencia es de 157 nombres, cuyos cuerpos podrían ser los que se han encontrado estos días y los que aún pueden aparecer cuando se realicen las siguientes prospecciones.

Entre ellos podrían estar los restos de Enrique Bispo Blanco, miliciano del Batallón Ferroviario, desaparecido cuando se encontraba bajo custodia de las fuerzas fascistas después de combatir en Sigüenza. Su nieta, Olga Quijada Bispo, asistía estos días a la excavación. Al igual que ella, Maribel Dorado Marín; cementerio soriano ha sido la última parada de su búsqueda. Tres de sus tíos, apenas adolescentes, se alistaron en defensa de la República en el verano de 1936. A dos de ellos, Carmelo Agustín Marín Martínez, los más jóvenes, el Foro por la Memoria de Guadalajara los sitúa en Sigüenza durante la toma de la catedral. Sus nombres figuran en el listado de los milicianos que llegaron después a Soria y ahí se desvanece su pista, estando bajo custodia de los militares sublevados. La familia no ha dejado de buscarles desde entonces.

En España, a diferencia de lo ocurrido en otros conflictos de la época, tras el fin de la Guerra Civil no estalló la paz, sino la represión. El Régimen franquista no levantó sistemáticamente fosas y cunetas, no identificó a los caídos, ni proporcionó descanso a todas las familias. “Solo lo hizo con los suyos –explica Xulio Garcia Bilbao, documentalista y responsable del Foro por la Memoria de Guadalajara, presente también en el levantamiento de la fosa de Soria-. En el BOE del 1 de mayo de 1940 Franco publicó una orden para exhumar, identificar y homenajear a los muertos del bando franquista, ignorando a los republicanos”.

Los años venideros se cebaron aún más con los españoles que perdieron no solo la guerra, sino también a sus padres, tíos o hermanos. La democracia no recogió tampoco la petición de estas familias. Y no ha sido hasta esta última legislatura, más de ochenta y cinco años después, con la La ley de Memoria Democrática, cuando se abrió una ventana de esperanza para los que aún manifiestan su derecho legítimo de encontrar sus restos. Y sin embargo, siguen siendo las asociaciones memoralistas quienes buscan la información y las respuestas. Muchas veces a pie de fosa, como estos días en Soria.

La Ley de Memoria Democrática entró en vigor en noviembre de 2021, su texto se puede consultar en el B.O.E y sitúa a España al mismo nivel que otras democracias europeas , ajustando a nuestro país a los principios de derecho internacional. La Ley se basa en los principios de verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición, así como en los valores democráticos de concordia, convivencia, pluralismo político, defensa de los derechos humanos, cultura de paz e igualdad de hombres y mujeres, como reza el comunicado de Presidencia del Gobierno. Para el ministro de presidencia y memoria democrática, Félix Bolaños, con esta ley «pasamos definitivamente página de la etapa más negra de nuestra historia, de la Dictadura y de la Guerra Civil, y abrazamos y reivindicamos lo mejor de nuestra historia, a las personas que lucharon por la democracia, por la Transición, por la Ley de Amnistía y por la Constitución».

Sin embargo, y aunque se trata de la legislación que más ha avanzado en asistencia a las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, y que más ha trabajado en crear una conciencia histórica sobre esos años, no supone una reparación o un marco legislativo completo, ni tampoco ha desarrollado en estos años su articulado. De hecho, la falta de un banco nacional de ADN es una de las trabas más importantes a la hora de identificar los restos cuando aparecen. Las asociaciones, como el Foro por la Memoria de Guadalajara, trabajan con laboratorios privados que almacenan estas pruebas, supliendo así la labor que no efectúa el Estado y que previsiblemente de llegar el Partido Popular al Gobierno ya no se llevará a cabo. La Ley de Memoria Democrática es una de las que el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoo ha anunciado que derogará si gobierna la próxima legislatura.

Los listados de prisioneros y la información proveniente de archivos militares encontrada por el Foro por la Memoria de Guadalajara donde se prueban crímenes de lesa humanidad según la legislación española e internacional vigente ya en 1936 fueron presentadas el 24 de septiembre de 2013 ante el relator especial de Naciones Unidas para desapariciones Forzosas, (OHCHR) Ariel Dulitsky, durante su visita a España y en el seno de una reunión con distintas entidades memorialistas.

Aquellas familias que tengan información o sospecha de un familiar desaparecido en la Guerra Civil y quieran practicarse pruebas de ADN pueden contactar a través del correo electrónico con foroporlamemoriaguadalajara@gmail.com 

Se trata de 157 milicianos desaparecidos en 1936

Imagen de las excavaciones en las Casas/ Foto : web Recuerdo y Dignidad

Guadalajara Diario/Agencia EFE.
Un juzgado de Soria investiga los restos humanos que se han exhumado, desde el 29 de mayo, en el cementerio de Las Casas y que, según el Foro por la Memoria de Guadalajara, podrían pertenecer a los milicianos desaparecidos en la Batalla de Sigüenza, que fueron trasladados a ese municipio en octubre de 1936 por las tropas franquistas.

En una nota de prensa, el Foro por la Memoria de Guadalajara ha informado de que un juzgado soriano ha abierto diligencias a raíz de la aparición de restos humanos en los trabajos que la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad ha iniciado en el cementerio de Las Casas.

Según las investigaciones del Foro por la Memoria de Guadalajara, 157 milicianos desparecieron cuando se encontraban bajo custodia del ejército sublevado, tras la Batalla de Sigüenza, que tuvo lugar en el verano de 1936, al inicio de la Guerra Civil.

Así, tras la aparición el mismo lunes 29 de mayo de los primeros restos humanos con signos de muerte violenta en el cementerio de Las Casas, la asociación soriana encargada de la excavación dio cuenta al Juzgado de Guardia de Soria, que se personó en el lugar para hacerse cargo de las correspondientes diligencias y el Foro de por la Memoria de Guadalajara ha aportado la documentación que consta en su poder para tratar de esclarecer si los restos pertenecen a los milicianos de Sigüenza.

La batalla de Sigüenza transcurrió durante los primeros meses de la Guerra Civil.

El 15 de octubre de 1936, tras un asedio de varios días, las tropas franquistas concluyeron la ocupación militar de Sigüenza y detuvieron a numerosos prisioneros republicanos que se hallaban resistiendo o refugiados en la catedral.

Su número y destino ha dado lugar a diversas especulaciones hasta que el Foro por la Memoria de Guadalajara encontró los datos que ahora ha ofrecido al juzgado de Soria.

Además, el Foro por la Memoria ha pedido colaboración para localizar a familiares de estos prisioneros desaparecidos procedentes de Sigüenza en 1936. EFE

Fuente: Agencia EFE

Sus restos podrían encontrarse en las fosas del cementerio de Las Casas, en Soria, en cuya exhumación trabaja la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad desde el 29 de mayo.

Miembros de la familia de Enrique Bispo, miliciano desaparecido de la catedral de Sigüenza, siguiendo los trabajos en el cementerio de Las Casas. – FMGU

S. JIMÉNEZ

 9 DE JUNIO DE 2023

GUADALAJARA.- Foro por la Memoria de Guadalajara pide colaboración para localizar a los familiares de los milicianos desaparecidos en la catedral de Sigüenza en octubre de 1936, cuyos restos podrían encontrarse en el cementerio soriano de Las Casas, donde el pasado 29 de mayo la Asociación Soriana Recuerdo y Dignidad comenzaba a realizar una serie de catas y exhumaciones en unas fosas de la guerra civil.

Trabajos que abren una vía de esperanza para la localización, entre otros, de los cuerpos de los desaparecidos en la batalla de Sigüenza, que habrían sido trasladados allí en octubre de 1936 por las tropas franquistas.

Desaparecidos que, según las investigaciones llevadas a cabo desde Foro por la Memoria, serían 157, cuyos nombres habrían sido localizados en dos listas en 2011, las cuales fueron entregadas en 2013 al relator especial de desapariciones forzadas de la ONU, Daniel Dulitzky. Documentos por los que ahora el juzgado soriano que investiga los cuerpos aparecidos estos días en las fosas de Las Casas ha mostrado su interés, y van a ser aportados por la asociación memorialista guadalajareña.

Información que la ONU recogió, explican desde Foro por la Memoria de Guadalajara, lo cual “supuso un importante paso, pues se trata de pruebas de un caso flagrante de desapariciones forzosas, aunque también recordó entonces que es el Estado español el encargado de investigar estas desapariciones”.

Y es que tras la aparición el pasado 29 de mayo de los primeros restos humanos con signos de muerte violenta, la asociación soriana encargada de le excavación daba cuenta al juzgado de guardia, cuyo titular se personaba en el lugar para hacerse cargo de las diligencias.

Según explican desde Foro por la Memoria de Guadalajara, se trata del quinto caso en la provincia de Soria en el que tras la aparición de fosas de la guerra civil se practican diligencias judiciales, lo que supone “una novedad” con respecto a lo que ocurre en exhumaciones del mismo periodo en otros lugares de España, al descartarse en la mayoría de los casos la intervención judicial.

Respecto a la batalla de Sigüenza, la asociación recuerda que fue uno de los episodios más importantes de los primeros meses de la Guerra Civil. “El 15 de octubre de 1936, tras un asedio de varios días, las tropas franquistas concluyeron la ocupación militar de Sigüenza y detuvieron a numerosos prisioneros republicanos que se hallaban resistiendo o refugiados en la catedral”, señalan. Su número y destino ha sido objeto de diversas especulaciones hasta que fueron encontrados los datos que ahora se han ofrecido al juzgado de Soria.

En este sentido, apuntan cómo “la práctica totalidad” de los estudios publicados sobre este episodio se centra principalmente en los aspectos militares o tácticos, “ignorando la represión franquista y especialmente la llevada a cabo contra los resistentes en la catedral, que todavía hoy es desconocida en gran parte a pesar de los años transcurridos”.


Por ello desde Foro por la Memoria se pide colaboración para tratar de localizar a familiares de estos prisioneros desaparecidos, procedente de Sigüenza. Así invitan a quienes puedan aportar datos o quieran solicitar información, a ponerse en contacto con ellos a través del correo electrónico: foroporlamemoriaguadalajara@gmail.com

Fuente:
https://periodicoclm.publico.es/2023/06/09/foro-memoria-guadalajara-pide-colaboracion-localizar-familiares-milicianos-desaparecidos-siguenza/


Guadalajara, 8/5/2023.- FMGU.- Hoy 8 de mayo en el Día del Exilio, (fijado en la nueva Ley de Memoria Democrática), recibimos en Guadalajara la visita de los compañeros René Dangin-Gutiérrez y Elisabeth Dangin, del Centro Cultural Español de Rennes, (Bretaña), y juntos hemos visitado el memorial de los 977 fusilados por la dictadura franquista en el cementerio de Guadalajara. Gracias a los exiliados, la España democrática ha participado en la victoria del 8 de mayo de 1945. Gracias a sus descendientes, como René su memoria es preservada. Una vez más comprobamos cómo nuestras autoridades son incapaces de cumplir la ley que ellos mismos han promulgado.


Aujourd’hui, 8 mai, Jour de l’Exil, (fixé dans la nouvelle Loi de Mémoire Démocratique), nous avons reçu à Guadalajara la visite des camarades René Dangin-Gutierrez et Elisabeth Dangin, du Centre Culturel Espagnol de Rennes, (Bretagne) , et ensemble Nous avons visité le mémorial des 977 fusillés par la dictature franquiste dans le cimetière de Guadalajara. Grâce aux exilés, l’Espagne démocratique a participé à la victoire du 8 mai 1945. Grâce à leurs descendants, comme René, leur mémoire est préservée. Une fois de plus, nous voyons combien nos autorités sont incapables de se conformer à la loi qu’elles ont elles-mêmes promulguée.

foroporlamemoriaguadalajara@gmail.com

Vladimiro Relaño en 2019 en Guadalajara. Foto: FMGU


FMGU- 29 abril de 2023.- El pasado miércoles 26 de abril ha fallecido a los 85 años en Barcelona nuestro camarada Vladimiro Relaño, hijo del secretario y fundador del PCE de Guadalajara, Vicente Relaño, torturado y asesinado por los esbirros de la dictadura en 1943.

Vladimiro es hijo tambien de Isabel Sacristán, otra gran luchadora que sufrió a su vez una persecución política con una condena de 12 años y un día:

Vladi nos visitó en Guadalajara dos veces, la primera en 2012, con motivo de la publicación de nuestro libro “La represión franquista en Guadalajara”, en compañía de nuestra socia y prima suya Isabel Hernando, Fue además un feliz reencuentro con su viejo amigo Fausto Canales,
https://memoriaguadalajara.es/2012/02/05/150/

La segunda y última vez que nos visitó fue en 2019, para honrar a su padre asesinado Vicente Relaño, Y con motivo de esa visita recorrimos con él y su hermana Isabel los lugares de memoria de Guadalajara, especialmente el cementerio, donde le dimos un merecido diploma con la propuesta de “La medalla de la Libertad”, al pie de la fosa de su padre. En 2014 él mismo entregó un diploma en Barcelona a otro veterano, Francisco Mayoral, que había sido secretario de organización de la JSU de Guadalajara.

Honraremos la memoria de tu padre y la tuya propia, pues fuiste un ejemplo siempre de amor filial, fraternidad y solidaridad.

Que la tierra te sea leve querido Vladi,
foroporlamemoriaguadalajara@gmail.com



Ver también:

Visita y homenaje a Vladimiro Relaño en 2019
https://memoriaguadalajara.es/2019/10/11/visita-a-guadalajara-de-vladimiro-hijo-de-vicente-relano-asesinado-en-1943-por-el-franquismo/

Visita de Vladi en 2012
https://memoriaguadalajara.es/2012/02/05/150/

Homenaje a Francisco Mayoral en 2017
https://memoriaguadalajara.es/2017/03/30/en-recuerdo-de-francisco-mayoral-ex-militante-de-jsu-de-guadalajara-1920-2017/

Colocación de placa de homenaje a Vicente Relaño
https://memoriaguadalajara.es/2020/06/25/en-recuerdo-de-vicente-relano-secretario-gral-pce-de-guadajara-1907-1943-colocada-lapida-en-su-enterramiento-junio-de-2020/

Hemos celebrado la Asamblea Federal de la Federación de Foros por la Memoria. con participantes de todo el Estado. Se ha valorado la situación tras la nueva ley y el momento actual. Brihuega ha sido la capital de la resistencia estos días. #BrihuegaRepublicana#MemoriaGuadalajara Memoria Guadalajara .@MemoriaGuada

Cabanillas (Guadalajara)
HOMENAJE A LAS BRIGADAS INTERNACIONALES
En memoria de los brigadistas polacos residentes en Cabanillas en 1937

ZA WOLNOSC WASZA I NASZA

(Por nuestra libertad y por la vuestra) 

Jueves 23-2-2023 , 11 h

Plaza del Pueblo 1, Frente al Ayuntamiento de Cabanillas.
Cabanillas del Campo (Guadalajara) 

Organizan:

– Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI), 

 – Izquierda Unida Cabanillas del Campo


– Foro por la Memoria de Guadalajara

– Stowarzyszenie Ochotnicy Wolnosci  (Asociación Voluntarios por la Libertad

FMGU.- Informamos de la triste noticia del fallecimiento de nuestro compañero Domingo Bartolomé Pinar, colaborador del Foro por la Memoria en Sigüenza (Guadalajara). Domingo, ferroviario de profesión, fue concejal de Izquierda Unida en Sigüenza hasta 2019. Militante del PCE y de CCOO, Un luchador incansable, Domingo siempre estaba dispuesto para ayudarnos y acompañar a famliares y ejerció de anfitrión en varios actos de nuestra asociación, pues era un gran recopilador de la memoria histórica en Sigüenza,
Que la tierra te sea leve, compañero

Domingo Bartolomé, en 2016 acompañado de dos familiares de desaparecidos de la catedral de Sigüenza, Foto: FMGU

Foto propiedad de Paco Naranjo, de CCOO
Marzo de 1985, Entrega en deposito al Museo Ferroviario de RENFE, de un cuadro que nos pinto Rafael Alberti para el Congreso del Sector Ferroviario de CCOO, celebrado en Cádiz. De izquierda a derecha: Manuel Fernandez Aller, Paco Naranjo, Paco Caballero, Miguel Zurdo, dos directivos del Museo y Domingo Bartolome.


RESTAURADO EL MEMORIAL DE GUADALAJARA.
Recolocadas las placas individuales de homenaje a las victimas del franquismo.
 
 


Guadalajara, 09/10/2022.- El monumento memorial dedicado a las víctimas de la dictadura franquista que fue inaugurado hace un año en el Cementerio Municipal de Guadalajara, ha sido restaurado, tras los desperfectos accidentales que había sufrido en meses pasados.

El monumento, que contiene los nombres de 977 víctimas mortales de la dictadura franquista inhumadas en diversos espacios del cementerio, sufría algunos daños desde el pasado mes de abril, por causas ajenas al ayuntamiento, y estaba en proceso de restauración.

El pasado 1 de noviembre, fecha en que tiene lugar un importante homenaje a las víctimas, pudo ser visitado por centenares de personas.

Miembros del Foro por la Memoria de Guadalajara hemos recolocado además, algunas placas de homenaje individual que familiares habían solicitado para ese espacio en los últimos años y que habían sido retiradas momentáneamente para no ser dañadas durante las obras. Placas individuales dedicadas a víctimas del franquismo han sido colocadas por familiares en varias zonas del cementerio desde la recuperación de la democracia en 1977. Las placas recolocadas por el Foro lo han sido a petición de sus familiares en el lugar donde fueron asesinados y enterrados sus seres queridos, tal y como está registrado en el libro de enterramientos municipal y tal y como les había sido autorizado. Tal es el caso de la placa dedicada al maestro de Illana Cesareo Valdés, fusilado el 13 de mayo de 1940, y que había sido colocada por su nieto, también maestro, y residente en Estados Unidos, acompañado de miembros del Foro y de su sindicato, UGT.
Han ayudado en la recolocación, José Morales, concejal de Unidas Podemos, Alfredo Vicente Ruano, portavoz de Podemos en Guadalajara (ambos socios del Foro por la Memoria) y Daniel Touset, Coordinador provincial de Izquierda Unida.

Fotos. Xulio García/Foro por la Memoria